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  • El Clase R es un modelo mestizo que adopta soluciones de varios vehículos. Pero en la práctica es una berlina todocaminos con tracción 4×4 que permite circular con el máximo confort en asfalto y hacer excursiones por caminos de tierra, aunque con precaución porque no es un todoterreno. La posición de conducción es más baja que en el Clase M, pero tiene un acceso cómodo y unos asientos que permiten viajar con el confort de una berlina de lujo. Turbodiésel con poderío El R 320 CDi monta el nuevo motor 3.0 V6 turbodiésel de Mercedes, que incluye culata y bloque de aluminio, y raíl común de tercera generación. Rinde 224 CV, y con la ayuda del cambio automático secuencial 7G-Tronic de siete marchas, que se puede accionar también desde el volante, ofrece una respuesta brillante y sorprende por su poderío. Mueve con brío el peso y acelera con tal contundencia y finura que parece un motor de gasolina. El resultado es una respuesta alegre y consistente desde bajas revoluciones hasta el régimen máximo que permite llanear a muy buen ritmo incluso cargado, pero también afronta las subidas sin inmutarse y adelanta con nervio cuando se necesita. Los consumos acusan el tamaño del coche, pero no son excesivos: gasta 10 litros en conducción suave, y entre 12 y 13 en ciudad y cuando se estiran las marchas. Tracción 4×4 permanente Todos los Clase R incluyen la tracción 4×4 permanente (4Matic) del Clase M, pero sin reductora. La potencia se distribuye al 50% entre los dos ejes, y el reparto varía según la adherencia de cada rueda, sobre todo en pisos deslizantes. El funcionamiento es tan discreto que no se nota, pero mejora la estabilidad en carretera, aporta recursos para no quedar inmovilizado si nieva y permite circular por caminos de tierra. Con esta base mecánica, el R 320 CDi ofrece una estabilidad correcta en todos los trazados y destaca por su dirección, que tiene un tacto muy suave y preciso. A pesar de su generoso tamaño, obedece con docilidad al volante, mantiene la trayectoria en las curvas y sólo acusa las inercias con un balanceo lateral algo superior al de las berlinas de Mercedes. Pero permite viajar con un gran confort, filtra las irregularidades con solidez y circula con mucho aplomo en trazados rápidos y autopista. Además se conduce con dos dedos y transmite una gran seguridad porque los frenos y el ABS paran muy bien y el ESP mantiene siempre el equilibrio, incluso en situaciones delicadas. El Clase R circula con solidez en pistas de tierra y se puede pedir con la suspensión neumática opcional (1.210 euros), muy recomendable: adapta la amortiguación y la altura al suelo de forma automática según la velocidad y el piso, y mejora el comportamiento y el confort en asfalto. Además incluye una tecla que eleva cinco centímetros la carrocería para superar obstáculos difíciles y circular con más seguridad en el campo.
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