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  • Hécula, el vino expresivo de la bodega Castaño, ha provocado una verdadera inflexión de la industria vitivinícola murciana tras su irrupción en las mesas con el parabién del gurú norteamericano Robert Parker. Hablar ahora de la DO Yecla es vestirse de modernidad. Y de iniciativas surgidas al amparo de esta renovación enológica, como la hacienda turística inaugurada recientemente en el pago de la Umbría del Factor, anfitriona ya de los primeros tratantes con ganas de ensayar el swing entre cata y negocio. Más allá del recinto propiamente hotelero se extiende un campo a duras penas verde en verano cuyos promotores quieren destinar a las prácticas del golf. El Plan Leader ha subvencionado la inversión, que, a partir de ahora, deberá repercutir en el desarrollo del enoturismo en la zona. La visión de la Umbría del Factor no es, desde luego, muy estimulante durante estos meses de estiaje. La hacienda se recuesta, muy perdida, en una paramera de espartos, romeros y algún que otro pino carrasco. Muy lejos quedan las montañas áridas de La Magdalena y el erosionado monte Arabí, visibles únicamente desde algunas estancias. Almagre, albero y teja vieja En origen fue una casa de labranza sobre la que ha planeado una intervención arquitectónica mediocre, desproporcionada en sus volúmenes e indolente en los acabados. La fachada enajena el color del yermo con una idealización inexplicable de la arquitectura colonial en tonos almagre, albero, burdeos y teja vieja. Peor gusto se observa de puertas adentro: en su decoración utilitaria y gazmoña, en el mobiliario de escandallo, los cuadros seriados, las lámparas de saldo... Cierta sensación desangelada se apodera de los salones, diseñados con grandes ventanales abiertos al exterior; pero, ¡qué vistas!: el depósito de propano, el aparcamiento, la carretera... Todo lo que rodea el edificio es asfalto. Harán falta varios años de rodaje hasta que prospere aquí la vegetación. Los dormitorios resuelven lo esencial para pasar una noche, que es disponer de una buena cama y aire acondicionado regulable. Nada de ADSL, ni de un sofá donde fundirse. Tres de ellos ofrecen una terraza con vistas al monte. Las conversaciones ajenas resuenan en las paredes, y de cuando en cuando hay que soportar los estampidos de una cantera vecina debido a la deficiente insonorización de todo el edificio. Otros son los atractivos de esta hacienda. El primero, su propia existencia, pues es el único hotel de esta categoría en la comarca. Superlativo, el personal que atiende. Amable, diligente y siempre presto a satisfacer los deseos más abstrusos del huésped (por ejemplo, hacer desaparecer los cuadros de la vista). El desayuno, servido con más mimo que fortuna en su elaboración, se toma en la cafetería al ritmo de los discos chill out de Café del Mar.
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  • HACIENDA UMBRÍA DEL FACTOR, golf y enoturismo en las afueras de Yecla
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  • El color del yermo
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