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El director de cine Miguel Santesmases, que ayer estrenó Días azules, viajó en diciembre a Islandia con unos amigos. Lo recuerda ahora, en plena canícula.
Qué frío.
Sí, sobre todo porque pasábamos las noches tumbados en la nieve, ataviados con trajes especiales, esperando ver una aurora boreal a 15 grados bajo cero. ¿Vio alguna?
Ninguna, pero mereció la pena. Pasamos una semana en Akureyri, en el norte de Islandia, un pueblo con 20 casas y dos hoteles. Desde allí conocimos unos sitios magníficos, como las playas de lava volcánica o la catarata de Dettifoss. Eso sí, llegar a la cascada nos costó un buen susto.
¿Qué ocurrió?
Alquilamos un 4×4 para cruzar enormes campos helados. En el camino cedió el estrato de hielo, dos ruedas impactaron con unas rocas y se rompieron. Estábamos en medio de la nada. Pero el conductor no se asustó y, entre todos, conseguimos reponerlas. Después recuperamos la ruta y vimos la catarata, que fue todo un regalo.
¿Recomendaciones?
Hay que bañarse en las piscinas de agua sulfúrea caliente. Llegas al agua gritando por el frío. Mientras, los islandeses te miran muertos de risa. Para ellos es de lo más normal. Se reúnen ahí para charlar y pasar el rato. Luego te metes, y es un auténtico placer.
¿Volverá a cazar auroras?
Ya estamos organizando el próximo viaje.
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