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BOGOTÁ, A más de 2.600 metros sobre el nivel del mar y limitada por verdes cerros, mantiene hasta el infinito la cuadrícula de la colonia, repartida en carreras, paralelas a las laderas, y calles, ortogonales a éstas. Comenzando por la majestuosa plaza de Bolívar, merece la pena recorrer el antiguo barrio de la Candelaria, con sus impresionantes iglesias barrocas (Santa Clara, San Francisco, la del Sagrario...) y las calles en cuesta con casas coloniales de uno o dos pisos. Impresiona el Museo del Oro, con su espectacular exposición sobre ritos chamánicos, culturas precolombinas y la Sala de la Ofrenda, donde todas las paredes están revestidas por innumerables piezas de oro de diferentes formas y tamaños. Tras el paseo, nada mejor que un intenso café en uno de sus cafetines.
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