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Los utilitarios europeos más populares se están haciendo grandes y el Corsa no es la excepción. La última entrega del modelo de Opel mide ya como un Astra de los años noventa, y ofrece un interior más amplio y un comportamiento más seguro en carretera que le permiten cumplir casi como coche único. En la práctica, ha perdido también algunas de sus ventajas como utilitario porque cuesta más y no se aparca tan bien en ciudad. Pero, a cambio, es un coche mucho más moderno, completo y seguro que ofrece una calidad muy superior a la de su antecesor. El Corsa fue el primer utilitario de Opel, salió en 1982 y se ha convertido en uno de los superventas de la historia del automóvil, con 9,4 millones de unidades vendidas sólo en Europa y 14 en todo el mundo. Un alto porcentaje se ha fabricado en Figueruelas (Zaragoza), que producirá también el nuevo.
Línea con carácter y espacio interior
Entre el modelo inicial, que medía 3,65 metros de largo, y esta cuarta generación, que llega a 3,99, las diferencias son abismales, y sitúan al Corsa más cerca de los familiares compactos que de los utilitarios. La evolución se aprecia bien en la línea, que tiene mucho más empaque y presencia.
Opel ha apostado por el estilo deportivo para realzar su personalidad y el resultado es un utilitario con carácter que entra por los ojos. Destaca el diseño del frontal, con una parrilla y unos faros elegantes, y un parachoques muy bien disimulado con tres tomas de aire en la base. El lateral no está tan logrado, al menos en la versión tres puertas, porque, aunque presenta un trazo ascendente muy marcado que exalta su dinamismo, el trazo superior de la ventanilla trasera rompe un poco con el ángulo que forman el techo y el portón. Pero tanto las llantas como la zaga, muy sólida, terminan de afianzar la deportividad.
El Corsa tiene un interior amplio que no parece de utilitario. Las plazas delanteras son desahogadas e incluyen buenos asientos, y atrás hay suficiente espacio para las piernas de cualquier adulto, incluso de más de 1,80 metros. El diseño es atractivo, aplica materiales de calidad y presenta un ambiente cuidado y armonioso en el que destacan detalles con clase, como el volante o la consola central. En cambio, en el aspecto práctico se echan de menos más huecos para objetos, porque sólo tiene un posavasos delante del cambio y otro detrás del freno de mano, y las bolsas de las puertas. Pero la rigidez del chasis, las suspensiones y la insonorización transmiten una sensación de calidad notable y permiten viajar sin agobios.
Seis motores y cuatro acabados
La gama del Corsa incluye dos carrocerías de tres y cinco puertas (500 euros más) y cinco motores. Tres son de gasolina: 1.0 de 60 CV (desde 11.800 euros), 1.2 de 80 CV (12.400) y 1.4 de 90 CV (14.150). Y dos turbodiésel: 1.3 CDTi de 75 y 90 CV (desde 13.550 y 15.550). En noviembre llegará un 1.7 CDTi de 125 CV, y más adelante, la versión OPC, de altas prestaciones, con un 1.6 turbo de unos 190 CV.
Hay cuatro acabados, y, salvo el básico Essentia, que tiene cuatro airbags, todos incluyen de serie seis airbags, ABS, elevalunas delanteros eléctricos y cierre centralizado. El Enjoy añade aire acondicionado y radio-CD con mp3. El Sport lleva suspensión deportiva, llantas de 16 pulgadas, control de velocidad y ordenador de viaje. Y el Cosmo tiene climatizador y otros detalles. Pero el ESP es siempre opcional (420 euros).
Conclusión
El Corsa es un utilitario moderno que seduce con su estilo deportivo y transmite las sensaciones de un coche más grande. Tiene un interior amplio, un comportamiento correcto y una completa gama de motores para elegir. Y puede cumplir como coche único, porque incluye un buen equipo de serie y permite viajar con seguridad.
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