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LA FÓRMULA ES aparentemente sencilla y suele funcionar: más cilindrada, más potencia, más fuerza y menos peso. Y es lo que ha hecho BMW con la nueva R 1200 R, una moto clásica de carretera (roadster) sin carenado (naked). Cuesta 12.500 euros, 400 más que su antecesora, la R 1150 R, pero justifica plenamente el aumento.
Para empezar, presenta una imagen más actual, con líneas más depuradas y una carrocería minimalista que, sin embargo, mantiene el encanto de las BMW de siempre. El depósito de combustible, ancho por delante y con unas amplias entalladuras en la zona de las rodillas que permiten abrazarlo con comodidad, se adapta como un guante al piloto. Tiene también una instrumentación muy completa heredada de los últimos modelos de la marca, con dos relojes para cuentarrevoluciones y velocímetro, y un panel digital multifunción con toda la información imaginable, incluido un termómetro de temperatura ambiente. Y como es norma en BMW, cuenta con accesorios muy estudiados para hacer más agradable la vida a bordo: una diminuta cúpula para proteger del viento que sorprende por su eficacia, puños calefactables, juego de maletas con baúl trasero...
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