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  • Casonas asturianas, posadas reales de Castilla y León, hospederías de Aragón, Cantabria infinita... Y ahora, las ventas de Castilla-La Mancha. Ningún negocio hotelero podría encabezar este movimiento autonómico con más mérito ni mejores credenciales artísticas que el Palacio de la Serna, modelo pionero en España de arqueología industrial aplicada a la cultura y a la economía del turismo. Fruto de la remodelación de una granja neoclásica del siglo XVIII, la primera de las ventas que componen la nueva red es un empeño personal de Eugenio Bermejo por demostrar que el arte de recibir aún se puede cultivar por amor al arte. Al arte povera, al principio, cuando inauguró su hotel, en 1995. Cosmogónico, telúrico, posvanguardista, land..., o como se le quiera etiquetar, ahora que es el tótem de las ventas castellanas por iniciativa de la Junta de Comunidades. Bermejo ha forzado una vuelta de tuerca a esta arquitectura palacial, gracias a un imaginario muy particular de diseño mueble e inmueble: edículos conceptuales, bóvedas espirales, marquesinas alambicadas, esculturas de vidrio y de forja, escaleras que ascienden a ninguna parte, avenidas de acero corten iluminadas por diodos electroluminiscentes e incluso un laberinto volcánico de casi una hectárea de superficie vaciado de las entrañas mismas de la tierra. Un itinerario onírico y algo atribulado en el que vivir una experiencia artística sin parangón en la hostelería ibérica. Éstos son los hitos: un taller, un aula de artes plásticas, un jardín encantado de esculturas y una galería de arte contemporáneo con exposiciones temporales. Y éstos, sus poderes: 16 habitaciones y ocho suites en las que bien se podría rodar una película de Almodóvar, tres patios o plateas surgidos de un cuadro de El Bosco y un módulo acristalado de recepción convertido en un no-lugar de operaciones. Todo ello ensortijado de alambres, vigas y silos originales de la granja dieciochesca, vago homenaje al Battersea Power Station que figuraba en la portada del Animals, de Pink Floyd. Sólo que en lugar del Pigs on the wing lo que suena a todas horas aquí es la música incidental de Carlos Galán, el John Cage español. El menaje hotelero funciona como un reloj sin péndulo. Las comidas, a las horas de comida. La limpieza, escrupulosa. Y una panoplia de servicios excelentes.C 8,5
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  • PALACIO DE LA SERNA inaugura una red hotelera de Castilla-La Mancha
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  • Venta manchega del siglo XXI
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