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  • El funcionamiento bivalente, con gasolina e hidrógeno, es la opción elegida por BMW para ofrecer un automóvil ecológico sin penalizar la movilidad. Si se agota el combustible limpio y no hay hidrogeneras cerca (algo muy probable en el próximo lustro), el conductor podrá circular con gasolina. Cuando la red de repostaje de hidrógeno alcance una buena cobertura, la marca alemana lanzará vehículos puros de hidrógeno, como el Honda FCX Concept, que funcionan con pilas de combustible y motores eléctricos. El nuevo Serie 7 Hydrogen estará disponible en Europa en marzo de 2007 y se basa en el Serie 7, la berlina más exclusiva de BMW. Aparte de su poderosa imagen, la marca ha escogido este modelo porque es el que mejor permite rentabilizar las inversiones exigidas por la nueva tecnología. En principio se fabricarán 100 unidades que se ofrecerán en alquiler a clientes seleccionados por la marca, líderes de opinión y personalidades. La carrocería y el interior apenas varían, y la mecánica tampoco presenta grandes modificaciones: incluye un motor adaptado y dos depósitos, uno de gasolina y otro para el hidrógeno. Al utilizar este último, el coche no contamina y sólo expulsa calor y vapor de agua por el escape. Prestaciones contra autonomía Una de las ventajas de mantener la mecánica convencional está en las prestaciones. El Serie 7 Hydrogen equipa un motor 6.0 V12 de 260 CV y tiene un rendimiento sorprendente para un coche limpio: acelera de 0 a 100 km/h. en 9,5 segundos y alcanza 230 km/h. con ambos carburantes. El consumo medio es de 13,9 litros con gasolina y 13,3 con hidrógeno. La autonomía, en cambio, refleja la otra cara de la moneda: sólo 200 kilómetros con hidrógeno. Pero basta pulsar un botón para pasar de un depósito a otro y con el de gasolina recorre hasta 500 kilómetros. A primera vista, la carrocería del Serie 7 Hydrogen es casi idéntica a la de las versiones normales, pero cambian muchos detalles. El frontal es un poco más alto por las dimensiones del motor, que aumentan para alojar el nuevo sistema de inyección bivalente. Y no lleva faros antiniebla para mejorar la refrigeración del propulsor. En el lateral se aprecian las bocas de los dos depósitos, y en el techo hay una válvula de emergencia por la que se expulsa el hidrógeno en caso de accidente o fallo mecánico, lo que impide montar un techo solar. Otro de los inconvenientes del Serie 7 Hydrogen, junto a su limitada autonomía, es el maletero, que se queda en 225 litros (menos que el de un utilitario) por el abultado tamaño del depósito de hidrógeno. Y es que, aparte de que el hidrógeno ocupa más que la gasolina, este BMW funciona con hidrógeno líquido, que exige almacenarlo a -253 grados, y aumenta el tamaño y la complejidad del recipiente. Según la marca, la ventaja de estos depósitos está en que son más eficaces que los de hidrógeno gaseoso. En la berlina alemana caben ocho kilos de hidrógeno, y como el kilo sale a ocho euros, llenar el tanque cuesta 64 euros y dura 200 kilómetros. Evaporaciones a coche parado Por paradójico que resulte, el hidrógeno desaparece si el coche no se usa. Al estar detenido más de 17 horas, el calor acumulado empieza a provocar evaporaciones. Y al aumentar la presión interna, el sistema empieza a expulsar hidrógeno en forma de agua. Este fenómeno provoca que el depósito se vacíe si el coche permanece nueve días parado. En caso de recalentamiento repentino lleva una segunda válvula de emergencia en la zona inferior del vehículo.
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