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EL PERFUME, en la ciudad imperial de Hué (Vietnam), no hace referencia a un aroma, sino al río que la recorre, y por el que navegamos para descubrir la pagoda de Thien Mu y las tumbas de los emperadores. La primera de las tumbas que visitamos fue la de Tu Duc, un complejo construido en tres años, fruto del abuso y de la explotación, con trabajadores forzados que provocaron varias revueltas. Un detalle que me resultó curioso fueron las estatuas de los mandarines civiles, representados como hombres bajitos por orden del emperador, inmortalizado como el más alto de todos.Tras esta visita seguimos el curso del río del Perfume hasta alejarnos 12 kilómetros de la ciudad, para llegar a la tumba de Minh Mang. Fuimos de los pocos turistas que quedaban, lo que nos permitió disfrutar de la caída de la tarde en este sepulcro, más bello aún que el anterior. Durante el viaje de regreso, Nang, la más joven de las mujeres que nos acompañaban en la barca, me mostró un cuaderno: "English, english!". Pasé el resto del trayecto de vuelta repitiendo frases como ésta: "My name is Lorea. What is your name?". Y ella me contestaba: "My name is Nang". Una amistosa experiencia de intercambio cultural.
Acabamos el día en el café Cathi, un pequeño lujo a nuestro alcance. Lugar mágico, iluminado sólo por la luz de las velas y los farolillos, con un diminuto jardín japonés por el que se paseaba una garza, donde disfrutamos de una infusión de flores, otro de los intensos perfumes de Hué.
Cuéntenos su viaje a sus destinos favoritos, en 30 líneas y con alguna fotografía. EL PAÍS (El Viajero). Miguel Yuste, 40. 28037 Madrid. Los autores de las cartas publicadas recibirán una camiseta especial de El Viajero.
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