PropertyValue
opmo:account
opmo:content
  • B& B & B. Bueno, bonito y barato. Y diseño. Con esta declaración de intenciones, el empresario y jinete olímpico Enrique Sarasola ha puesto en marcha una cadena que, como indica su nombre en inglés, Room Mate, quiere dar acogida a ese compañero de piso o amigo que visita tu ciudad. Después de Mario y Alicia, a la espera de la apertura en junio del que llevará el nombre de Óscar, Laura es el tercero de los Room Mate inaugurados en Madrid con la idea de atraer una clientela juvenil y cosmopolita, apasionada por la decoración de vanguardia, sin más necesidad que un lugar para descansar, cambiarse y desayunar. Eso sí, en pleno centro neurálgico madrileño, con mucha vida nocturna a un paso del hotel. Tras la fachada anónima de un edificio del siglo XIX colindante con la plaza de las Descalzas Reales, entre la Gran Vía y la Puerta del Sol, el hotel percute en la retina ya desde el zaguán de acceso, enmarcado por una retícula luminiscente que restalla de blancura y espejos vintage a ambos lados. La impresión continúa hasta el mostrador de recepción, donde destaca como pieza escultórica un iPod, y muere en un vestíbulo laberíntico de lamas metálicas bajo una cascada de luminarias en rojo de labios. Todo de un efectismo deslumbrante a cargo del interiorista Tomás Alía, premio Nacional de Arquitectura de Interiores 2000, al que no le han faltado recursos tecnológicos ni conocimiento de la industria mobiliaria más actual. Velázquez como inspiración Su trabajo toma como inspiración el retrato velazqueño de Juana de Austria, hermana de Felipe II y fundadora en 1559 del monasterio de las Descalzas, que descompone en píxeles sobre los cabeceros de las camas y en las transferencias sobre vidrio aplicadas en las zonas comunes. Este trasfondo tecno de loft neoyorquino es aún más evidente en los ocho dúplex de las zonas esquineras del edificio, separados por un altillo hogareño accesible a través de una escalera con pies de pato. Sillas Catifa, de Lievore Altherr Molina para Arper; lámparas Artichoke, de Poul Henningsen para Louis Poulsen; mesitas Diavolo, como las utilizadas por el autor en el local Sol y Sombra; suelos de fibra sintética... En fin. Claro que no siempre es glamour lo que reluce. Sorprende que el colchón sobre el que se duerme no refleje las últimas tendencias en ergonomía ni en materiales. Alía parece haberse desentendido también del cuarto de baño, apelotonado de elementos y de un acabado lamentable a unos meses de su apertura: el suelo, en negro, sufre múltiples desconchones, y el alicatado, en blanco, está mal repintado. La insonorización es deficiente, pese al escaso tráfico que soporta la calle (eso es lo peor, que al mínimo paso de un coche resuena la habitación). Del desayuno, autoservido desde unos expendedores industriales, cabe lamentar la escasa calidad de los alimentos. En su descargo, una doble se puede conseguir por 90 euros.
sioc:created_at
  • 20070217
is opmo:effect of
sioc:has_creator
opmopviajero:language
  • es
geo:location
opmopviajero:longit
  • 632
opmopviajero:longitMeasure
  • word
opmopviajero:page
  • 10
opmo:pname
  • http://elviajero.elpais.com/articulo/20070217elpvialbv_4/Tes (xsd:anyURI)
opmopviajero:refersTo
opmopviajero:subtitle
  • ROOM MATE LAURA, diseño de Tomás Alía en el centro histórico de Madrid
sioc:title
  • Trasfondo 'tecno' y espíritu juvenil
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all