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  • Lars Stroschen quería llamar a su hotel "un museo para pasar la noche", pero las autoridades no le dejaron. Cosas de las licencias municipales. Los funcionarios nunca han sido los primeros en ver venir las tendencias. Los hoteles artísticos, decorados por pintores, escultores o grafiteros y concebidos como auténticas obras, arrasan. Stroschen, músico y artista polifacético sin experiencia hostelera previa, creó el Propeller Island City Lodge de Berlín con sus propias manos. Más de 500 objetos y muebles para poblar 45 habitaciones, "cada una para un estado de ánimo". En un cuarto hay un biombo que divide la cama en dos "por si discutes". Otro es una celda con el baño literalmente dentro "para presos voluntarios". "Alrededor del mundo, las habitaciones de hotel se parecen cada vez más". La gerente del Windsor en Niza, Katrin Reimann, sabe que ser diferente te hace especial. Sus dormitorios han sido decorados por artistas contemporáneos como Ben Vautier, que llena las paredes con poemas gráficos, o Claudio Parmiggiani, que crea un espacio dorado sin más interrupciones que la cama. "Si, aunque les guste la habitación, a los clientes no les resulta cómoda", dice Reimann, "siempre pueden cambiarla por otra". De la calle a la habitación El street art también ha tomado hoteles para crear alojamientos ideales para creativos publicitarios, modistas, músicos, dise-ñadores y demás adalides de la modernidad. En París, el grafitero André Emanuelle acaba de abrir el hotel Amour en el noveno arrondissement, en el barrio de SoPi, al sur de Pigalle. En su patio se reúne lo más vanguardista de París, y en las habitaciones firma gente como el diseñador Marc Newson o la artista conceptual Sophie Call. El hotel Fox de Copenhague nació como un gran anuncio de Volkswagen. La marca comisionó en 2005 a 21 artistas urbanos, diseñadores gráficos e ilustradores para que reformasen las 60 habitaciones de un céntrico hotel. El resultado es una experiencia única. En la habitación 308 hay luchadores mexicanos con loros hip-hoperos; la 409 es un templo kitsch inspirado en Heidi; en la 116 se duerme inmerso en un onírico graffiti rosa de los españoles Freaklüb. Manga, cómic y mucha ironía posmoderna en un hotel donde se pueden alquilar iPod en la recepción. En España, el hotel Estela de Sitges inauguró en los noventa el concepto hotel de arte con sus murales algo new age. El relevo generacional lo está tomando gente como THELAB003 (www.thelab003.com), un estudio multidisciplinar de arquitectos, interioristas, grafiteros y diseñadores que prepara un revolucionario hostal de juventud. "La riqueza viene de la mezcla de lenguajes", explica Ignacio de Juan-Creix, que usa términos como "mobiliario street", "espacios gráficos" o "estructuras sofá". En su proyecto, las cañerías sirven como muebles y "un mismo módulo sirve por uno de sus lados como banco para los abuelos y por el otro como rampa de skate". - Propeller Island City Lodge (www.propeller-island.com). Berlín. Unos 100 euros la doble. - Windsor Hotel (www.hotelwindsornice.com). Niza. La doble, desde 85 euros. - Hotel Amour (www.hotelamour.com). París. La habitación doble, 90 euros. - Hotel Fox (www.hotelfox.dk). Copenhague. Unos 70 euros la doble. - Hotel Estela (www.hotelestela.com). Sitges. La habitación doble, 90 euros.
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  • Artistas urbanos, escultores y diseñadores decoran hoteles europeos
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  • 'Graffiti' entre sábanas
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