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DESPUÉS DE MUCHOS avatares, Benelli vuelve a su actividad, pero ahora bajo el mando del grupo industrial chino Quianjiang, que fabrica, entre otras cosas, las motocicletas Keeway. Con esta adquisición, los nuevos propietarios orientales han comprado una parte importante de la historia motociclista europea y también una buena dosis de glamour, dos valores con los que aspiran a ganar peso en los mercados occidentales. Así, a partir de ahora, las ideas, el gusto y el diseño de las nuevas Benelli procederán de los empleados italianos, y la producción y los recursos financieros serán de sus propietarios chinos.
El primer modelo de esta nueva era de Benelli es la Tre-k, una maxitrail de alta cilindrada más apropiada para carretera que para el campo. Destaca por su personalidad, que realza tanto un atrevido diseño como una moderna concepción. Y aunque no es barata (12.998 euros), basta probarla para afirmar que vale lo que cuesta. Se trata de una moto moderna y bien realizada que refleja la atención prestada a la calidad de producción, y aplica materiales de muy alta calidad y últimas tecnologías.
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