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  • Con la inauguración de este último restaurante en el interior del estadio Santiago Bernabéu, el Grupo Tejedor abandona el tradicional abigarramiento estético que hasta ahora ha caracterizado todos sus locales: La Máquina, Casa Nemesio y, sobre todo, Puerta 57. Se trata de un nuevo establecimiento de ambiente contemporáneo que dispone de parrillas de carbón de encina contiguas al comedor cuya actividad reproducen en directo pantallas de televisión que atraen la mirada de los comensales. Como complemento, una carta repleta de platos madrileños tradicionales en la que se rinde homenaje a hosteleros de la ciudad a través de sus recetas favoritas: patatas con huevos rotos estilo Lucio; tortilla de patatas en versión José Luis y bacalao a la brasa, según Evaristo García (O'Pazo). En suma, una curiosa fusión entre lo cosmopolita y lo castizo con aires desenfadados. Y como telón de fondo, la calidad de las materias primas, algo consustancial al espíritu del grupo. Cuestión independiente es la interpretación que sus cocinas hacen de las recetas. Denominar ensalada San Isidro a la que contiene la horrible lechuga iceberg, ollo rosso y los delicados tomatitos cereza supone desconocer la fórmula auténtica. Tampoco la parrillada de hortalizas da la talla como debería. Tortilla de bacalao En general, los reparos alternan con aciertos llamativos. Si los riñones de cordero a la parrilla poseen cierto tufillo, la tortilla de bacalao resulta espléndida; mientras los sesitos de cordero a la romana salen malparados por el grosor del rebozado, la longaniza ibérica y el salchichón casero de Joselito, ambos a la brasa, merecen la pena. Compartir y picar son verbos consustanciales a sus mesas. No podía ser de otra manera cuando entre sus entrantes figuran las mollejas de ternera, la morcilla de Burgos y los soldaditos de Pavía. En su función de asador, la casa aspira a convertirse en un santuario de las carnes rojas. Sin embargo, el chuletón de vaca, que recurre a la técnica del famoso Julián de Tolosa (costra de sal marina con llamas de fuego incluidas que churruscan las piezas), resulta tierno, pero de sabor anodino. Por el contrario, el tronco de merluza y el rape a la brasa son espléndidos.
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  • ASADOR DE LA ESQUINA, una carta para compartir y picar en el Santiago Bernabéu
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  • Platos madrileños con fondo 'merengue'
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