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El edificio nuevo es estricto, riguroso, directo. El palacio del siglo XIX, voluptuoso, exuberante y coqueto. "Son como Romeo y Julieta: la ampliación moderna es recatada, como un caballero, y el espacio clásico, barroco, como una dama", compara Xavier Claramunt, arquitecto responsable de las nuevas instalaciones y de la recuperación y ampliación en 2005 del hotel Hospes Palacio de los Patos, situado en el centro de Granada. La modernidad del nuevo conjunto, inaugurado hace un mes, proporciona el contrapunto contemporáneo a la estructura palaciega. Sin embargo, estos dos espacios, contiguos y separados únicamente mediante un jardín, mantienen un diálogo fluido entre lo clásico y lo contemporáneo. "El proyecto pretende realzar la belleza del monumento original. La intención del trabajo fue integrar un nuevo edificio respetando el ya existente. El resultado es una estructura que funciona como un sutil telón de fondo del palacio decimonónico", explica Claramunt, responsable del Equip Xavier Claramunt, una empresa barcelonesa integrada por 30 personas que se dedica desde 2000 a la arquitectura e interiorismo, al diseño industrial y a la joyería. La fachada de alabastro del edificio se ilumina cuando cae la noche, transformando así el hotel en decoración luminosa de Granada. Las celosías -inspiradas, según el arquitecto, en la Alhambra- subrayan el carácter andalusí de la ciudad. Y junto a las cortinas y las bambalinas, logran un juego entre la luz y la sombra y entre el ver y el ser visto. De esta manera, es posible "espiar" desde las 22 nuevas estancias la solemne arquitectura de la antigua mansión neoclásica. El blanco puro que domina la decoración de las habitaciones dobles, diáfanas y de líneas impolutas, se inunda con los tonos ocres que se reflejan desde el palacio. El interiorismo se basa en tabiques acristalados, ligeras cortinas blancas, cálidos suelos de madera y nobles baños de mármol. Tras los 18 meses que han durado las obras, el hotel Palacio de los Patos, de cinco estrellas, regentado por la cadena Hospes, ha pasado a albergar 42 habitaciones. Una excusa más para disfrutar de unos chopitos de Motril a la plancha con alioli y picada de ajo y perejil en su restaurante, o para relajarse en su spa con sauna y baño turco, o en su sugerente piscina-jacuzzi con techo de cristal.

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