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Renault ha echado el resto en el nuevo Laguna, su principal baza a corto plazo para detener la caída de ventas en Europa. La tercera entrega del familiar francés apuesta por la calidad e incluye una garantía de tres años o 150.000 kilómetros para confirmarlo. Y aunque su estética no lo refleja, es un coche a la última que ofrece un funcionamiento eficaz, ecológico y seguro a precios ajustados y asequibles. Saldrá a la venta el 19 de octubre -desde 20.171 euros- y sus tarifas incluyen ya la rebaja de impuestos que disfrutarán, a partir de enero, las versiones de emisiones más ecológicas.
Línea discreta, pero aerodinámica
El nuevo Laguna tiene una línea discreta que pasa inadvertida y constituye su gran punto débil. Mide 4,69 metros de largo -4,80 la versión Grand Tour-, ocho y nueve centímetros más que su antecesor. Y su imagen de trazos fluidos presenta unas proporciones peculiares, con un morro muy largo y bajo, y una zaga corta y más alta con los pilotos elevados. Tiene un perfil afilado y una cintura alta que transmite robustez, pero le falta gancho estético y no seduce a primera vista.
A cambio, aporta otras virtudes que reflejan el culto a la calidad y tienen como objetivo situar al Laguna entre los tres mejores modelos de su categoría. Así, a pesar del aumento de tamaño, pesa entre 15 y 65 kilos menos que antes, según la versión, porque aplica materiales más ligeros y otras soluciones para reducir el peso. Y aparte de ofrecer una mayor rigidez y unas suspensiones muy mejoradas añade también una aerodinámica muy eficiente y cuidada al detalle que integra un carenado inferior en la base de la carrocería, retrovisores muy afinados, juntas selladas y otras exquisiteces para reducir el CX a 0.29.
El interior presenta un diseño más atractivo y también muy refinado, y una habitabilidad correcta (ver recuadro derecho), pero destaca sobre todo el comportamiento dinámico. Así, cuenta con una dirección muy precisa y unas suspensiones bien equilibradas que reducen al mínimo los balanceos laterales en las curvas, exigen el mínimo esfuerzo y permiten viajar con confort y seguridad disfrutando siempre de una estabilidad a toda prueba.
Tres carrocerías y ocho motores
El Laguna tendrá una gama muy completa, pero de momento sólo se vende en carrocerías Berlina
y Grand Tour (familiar) con cuatro motores. Dos son de gasolina, 2.0 y 2.0 turbo (140 y 170 CV), y dos turbodiésel: el sorprendente 1.5 dCi de 110 CV, que mueve muy bien el peso, y el 2.0 dCi de 150 CV. Todos llevan cambio manual de seis marchas, salvo el segundo, que monta un automático secuencial también de seis. Y se ofrecen en tres acabados, Expression, Dynamique y Privilege, que se completarán en enero con el básico Authentique y el superior Initiale. Pero todos incluyen de serie seis airbags, ABS, control de estabilidad ESP, climatizador (sólo el primero incluye aire acondicionado), radio-CD, conexión bluetooth, control de velocidad y tres años de garantía o 150.000 kilómetros. Los precios son ajustados, y salvo los dos motores más potentes, el resto tiene unas emisiones muy bajas e inferiores a 160 g/km de CO2, que a partir de enero reducirán al 9% su impuesto de matriculación, aunque Renault anticipa ya la rebaja en sus tarifas.
La gama se completará en enero con los motores 1.6 de gasolina y 110 CV, y con el 2.0 dCi de 130 CV. En abril saldrán las versiones GT con motor 2.0 turbo de 205 CV y 2.0 dCi de 180 CV. Y en octubre llegará la carrocería Coupé y los motores V6, un 3.5 de gasolina y un nuevo 3.0 dCi.
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