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Diferente y atrevido. El Dodge Nitro es la excepción que confirma la regla, uno de esos pocos modelos que no se parecen a ningún otro. Este todoterreno de la marca deportiva de Chrysler impresiona por su aparatosa imagen, pero cumple en lo demás con los gustos europeos, porque tiene una longitud comedida, un turbodiésel de consumo ajustado, suspensiones que priman el dinamismo en carretera y un completo equipo de seguridad, con seis airbags y ESP. Ofrece también un interior amplio y unos precios más ajustados de lo que se espera por su aspecto (desde 26.990 euros).
El Nitro es el hermano deportivo del Jeep Cherokee, y aunque comparten la base mecánica, presenta algunos cambios. Así, sacrifica la reductora para disminuir peso y tiene unos reglajes más apropiados para viajar en asfalto que limitan su eficacia en el campo. Estas variaciones y una longitud contenida, 4,58 metros, hacen que cumpla mejor como familiar.
Estética espectacular
El principal rasgo diferenciador del Nitro es la línea, con unos trazos cuadrados que exaltan su expresividad y hacen que parezca mucho más grande de lo que es. Impresionan la altura del capó delantero y la gran parrilla cromada, que forman un morro prominente y, junto a un parachoques y unas aletas exageradas, crean un rostro agresivo y espectacular. Los trazos rectos verticales siguen en el lateral, con unas ventanillas bajas y pequeñas que dan más presencia a la chapa que al cristal y resaltan su exuberancia estética. Y la zaga, con un portón también vertical, termina de definir una imagen original, llamativa e imponente.
La personalidad estética del Nitro es innegable, pero muestra un gusto discutible que lo encasilla como producto para clientes que quieren llamar la atención.
Muy amplio por dentro
El diseño cuadrado de la carrocería favorece la amplitud interior, pero, aunque parece alto por fuera, tiene una altura interior comedida. Sin embargo, es bastante amplio y ofrece unas plazas delanteras desahogadas y mucho espacio para las piernas en las traseras, que permiten regular la inclinación de los respaldos. En cambio, la dotación de huecos es justa: repisas y dos posavasos junto al cambio, dos más en el apoyabrazos trasero, un cofre grande en el apoyabrazos de delante y poco más. Y el maletero tampoco sobresale, pero incluye una bandeja extraíble muy práctica.
El punto débil del Nitro es la calidad de acabado, modesta y con materiales económicos. Presenta un diseño austero en el salpicadero, la consola central y los paneles de las puertas; asientos elementales y una presentación pobre para Europa. Además, tanto la insonorización como el tacto de los mandos y las suspensiones no son tan refinados como los de los 4×4 europeos más modernos y, aunque no resulta incómodo, penalizan el confort en viajes largos.
Gasolina y turbodiésel
La gama del Nitro incluye dos motores, 4.0 V6 de gasolina y 260 CV (39.350 euros) y 2.8 CRD turbodiésel de 177 CV, más apropiado para Europa, que se ofrece con propulsión trasera o 4×2 (26.690) y tracción 4×4 (32.260). El diésel lleva un cambio manual de seis marchas y cuenta como opción con un automático de cinco, similar al que monta el 4.0 V6. Hay tres acabados, y el SE o básico incluye seis airbags, ABS, ESP, tracción 4×2, sensor de presión de ruedas, aire acondicionado, radio-CD con MP3 y llantas de acero de 16 pulgadas; el SXT añade tracción 4×4, asiento eléctrico del conductor, control de velocidad, llantas de aleación de 17 pulgadas y cargador de CD. Y el RT suma tapicería de cuero, parrilla específica y llantas de 20 pulgadas.
Conclusión
El Dodge Nitro es un todoterreno diferente que impresiona por su imagen, pero no renuncia al sentido práctico. Tiene un interior muy amplio, un maletero correcto, un buen equipo de seguridad y un comportamiento aceptable. Y se vende a precios competitivos.
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