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LA LLEGADA de la Mulhacén 659, el modelo de más cilindrada producido hasta ahora por Derbi, hizo que 2006 fuera un año histórico para la firma catalana, especializada en motos de pequeña cilindrada. Pero, aparte del salto cualitativo, lo importante es que su impactante diseño ha sido premiado por la crítica especializada y ha recibido después la aceptación del público.
La versión de 125 llega ahora para completar la gama y, al igual que se hermana mayor, es también una scrambler: motos de carretera aptas para hacer salidas ocasionales al campo. Se basa en los modelos de este tipo que triunfaron en los años setenta y refleja su personalidad en unos neumáticos mixtos de dibujo profundo -18 pulgadas delante y 17 atrás- que resultan idóneos para trayectos urbanos e interurbanos de media distancia.
Al igual que la 659, esta 125 presenta una estética peculiar y es cómoda, versátil y funcional. Tiene un sillín amplio, ergonómico y pensado para acoger con comodidad a piloto y pasajero, y está muy bien acabada. Además incluye un cuadro de instrumentos digital con una información generosa: velocímetro, cuentakilómetros parcial y total, reloj, etcétera.
Derbi ha querido reunir en esta moto una imagen novedosa y un comportamiento funcional, pero cuidando mucho los detalles. Así, se puede personalizar con las tapas delanteras intercambiables y se vende en ocho colores distintos.
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