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El Justy es el modelo más pequeño de Subaru en Europa, un utilitario monovolumen de 3,6 metros de largo. Como la mayoría de los coches urbanos, ofrece unos consumos muy bajos y un tamaño mínimo que facilita el aparcamiento y la circulación en ciudad. Pero el Justy añade aspectos que le diferencian de otros competidores similares, como los Fiat Panda, Chevrolet Matiz y Kia Picanto, y ofrece un interior especialmente desahogado para sus medidas y un equipo de serie más completo de lo normal, con cuatro airbags, aire acondicionado, radio-CD y otros elementos que no suelen venir de origen en los coches de ciudad.
El último Subaru acaba de salir a la venta y, a diferencia de su antecesor, sólo se ofrece con tracción delantera (no tiene 4×4) y motor de gasolina, un eficiente y voluntarioso 1.0 de 70 CV que comparte con el Toyota Aygo. Se comercializa desde 10.900 euros en el acabado básico Classic, y desde 11.900 en el Limited o superior, el más recomendable porque añade seis airbags y ruedas más grandes de 14 pulgadas, en vez de 13, que mejoran el aplomo del coche.
Cinco plazas y cinco litros
El nuevo Justy presenta una apariencia más sólida y moderna que el actual y es más amplio por dentro. Incluye cinco plazas, y tanto delante como atrás permite alojar adultos. El maletero tiene 225 litros y se puede ampliar plegando los respaldos traseros, que dejan el piso plano. También presenta detalles de diseño, como una instrumentación que va sujeta a la columna de dirección, y sube y baja con ella, y otras soluciones funcionales, como la posibilidad de ajustar la inclinación de los respaldos traseros para recostarse un poco y reforzar el confort. La buena dotación de huecos para objetos y la insonorización del habitáculo contribuyen también a que el pequeño Subaru resulte un coche práctico y agradable.
El motor 1.0 acoplado a un cambio manual de cinco marchas brinda prestaciones satisfactorias -acelera de 0 a 100 km/h. en 13,9 segundos y alcanza 160 km/h.- y consumos brillantes: 6,1 litros en ciudad, sólo 4,4 en carretera y cinco de media, con unas emisiones de 118 g/km de C02.
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