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La actriz guipuzcoana, una de las protagonistas de la serie Escenas de matrimonio, recuerda con especial cariño sus viajes de adolescencia con amigas.
Su primera escapada sin padres. Se desmelenaría...
Fue un viaje a París con la gente del coro en el que cantaba. No nos dio tiempo a desmelenarnos, porque nos colamos en el metro y nos paró un punk.
¡Qué civismo!
En realidad era un policía de incógnito. Nos puso tal multón, que nos quedamos sin un duro para el resto del viaje.
¿Cómo logró sobrevivir?
Ni lo sé. Sólo recuerdo pasear por sitios como Montmartre y los mercados de pulgas de Saint Ouen reprimiéndonos.
Entonces, no pudieron subir a la torre Eiffel.
Sí pudimos. Subimos andando por las escaleras.
Y para comer ¿qué hacían?
El desayuno estaba incluido. El resto del día, baguettes.
Es usted una superviviente.
Eso no fue nada. Recuerdo otro viaje con amigas a Italia en el que directamente no llevábamos dinero. Nos hicimos 14 horas en autobús y sólo comíamos fuet traído de casa.
Qué pena no probar la comida en Italia.
Un día comimos pizza en Roma. Y, créame, valió la pena.
¿Y el resto del viaje?
Conocimos Roma, Venecia y Bolonia.
Y ¿qué me dice de las tiendas de ropa?
Cuando vimos la primera tienda de Versace, nos hicimos una foto todas juntas.
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