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  • Al igual que las mejores berlinas medias de lujo, el A4 ofrece una calidad sobresaliente y tecnologías avanzadas, la mayoría opcionales. Tiene un puesto de conducción bajo y deportivo, impacta por el tacto exquisito de los mandos y la mecánica, y refleja su sofisticación en detalles como la carrocería, que, a pesar de ser más grande y estar mejor aislada, pesa un 10% menos. Pero lo mejor es que permite personalizar la conducción a medida. Cambio de ocho marchas Entre los estrenos destaca el cambio automático-secuencial Multitronic de ocho marchas, que se compenetra a la perfección con el motor 2.7 TDI de 190 CV. Es tan suave que no se notan los cambios, y el conjunto permite viajar con confort ofreciendo unas prestaciones brillantes. Responde al instante al acelerador y sorprende por su elasticidad a bajo régimen: siempre hay una marcha idónea para cada situación. Así, empuja desde el ralentí, sube de vueltas con rapidez y se estira por encima de las 4.500. Las aceleraciones y recuperaciones son muy buenas, y permiten adelantar con nervio y afrontar las subidas como si se circulara en llano. Estas virtudes y una aerodinámica excelente ayudan a ofrecer consumos ajustados para su cilindrada. Gasta 7 litros en conducción suave, y no pasa de 10 en ciudad y apurando las marchas. Reglajes personalizados El A4 impacta por su facilidad de conducción, y transmite una gran sensación de agilidad y confianza. Pero lo mejor es que permite adaptar los reglajes del coche y la conducción al gusto personal. El tren de rodaje es nuevo (suspensión, dirección y frenos), y puede añadir opciones muy avanzadas y recomendables para quienes puedan permitírselo: dirección dinámica (1.220 euros), amortiguación electrónica regulable (1.345 euros) y el Audi Drive Select (375 euros), que permite personalizar el funcionamiento de cada elemento, desde los reglajes de suspensión hasta la rapidez de respuesta del acelerador, el cambio o la dirección. Tiene cuatro programas (confort, automático, deportivo y personalizado), y el último permite combinar reglajes de los otros tres. Las variaciones se notan enseguida, porque el A4 pasa a ser más ágil o más cómodo según se elija, pero funciona siempre de maravilla y hace disfrutar una estabilidad sobresaliente que se adapta a todo. Se puede elegir una dirección muy progresiva en autopista, hacerla más rápida y precisa en zonas viradas o más suave y directa en ciudad para aparcar mejor. El resultado es un comportamiento impecable, porque entra en las curvas con docilidad, gira plano sin balancear y viaja pegado al asfalto en todos los trazados. Los frenos paran muy bien, y como los sistemas de seguridad, como el ESP, actúan coordinados con el resto, da seguridad y hace sentir todo bajo control: el A4 se estabiliza por sí sólo, incluso en pisos deslizantes (lluvia, etcétera).
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  • Un traje a medida
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