PropertyValue
opmo:account
opmo:content
  • Porque una autovía pasa cerca..., se justificó el arquitecto suizo Peter Zumthor para rechazar el encargo de construir una bodega en Ribera del Duero. Su rigurosa trayectoria artística no podía permitir esta concesión a la arquitectura del espectáculo, especialmente después de haber alumbrado una obra tan mística y conmovedora como las termas de Vals, en los Alpes suizos, todo un manifiesto de lo que debe ser un balneario en la actualidad. Antes fueron las propiedades terapéuticas del agua; luego, su carácter lúdico, y ahora, la espiritualidad hedonista de quienes viajan no sólo por placer, sino como una exigencia cultural. Esta tendencia balnearia se inicia ahora en España con el recientemente inaugurado complejo termal de Panticosa, obra de Belén Moneo. El edificio de las Termas de Tiberio resplandece en la noche pirenaica tras su fachada de losas de vidrio iluminadas con diodos de colores. En el interior, la desnudez del hormigón y el cristal crea ese ambiente conventual de la nueva balnearioterapia a través de escaleras, pasillos y zonas de aguas protegidas del exhibicionismo acostumbrado en la penúltima generación de hoteles spa. Pura poesía de los sentidos. Las cabinas, identificadas mediante un sistema cromático inspirado en los azulejos del antiguo balneario de Panticosa, proponen un tratamiento facial que sólo pueden disfrutar los huéspedes del Gran Hotel, proyectado por su padre, Rafael Moneo. Conocido como Método PR (Panticosa Resort), este tratamiento utiliza cinco cosméticos distintos para cada zona del rostro, en función de las características de la piel. A su llegada, el paciente recibe un ramo de flores frescas y un menú musical para ser escuchado en la cabina. Los cosméticos utilizados pueden adquirirse en el hotel. Renovarse o morir. Además de esta nueva ola espiritual en la conceptualización del salus per aquam, los hoteles alientan la conquista de los sentidos con propuestas originales y cada vez más exclusivas. Baños de cítricos o de champán, mascarillas elaboradas con oro y retinol, tratamientos a partir de caviar o trufa... Ungüentos delicatessen que rozan lo estrambótico, aplicados en escenarios de ciencia-ficción diseñados bajo los principios del feng shui, la cromoterapia, la aromaterapia o la musicoterapia, que invitan a vivir una experiencia sensorial única. 1 Las terapias que vienen de Oriente La sabiduría ancestral de las culturas china, nipona, tailandesa, hindú, árabe o balinesa ha sido recuperada por Occidente para cuidar cuerpo y alma mediante técnicas holísticas como las incluidas en la carta de tratamientos de Le Meridien Ra Beach Hotel & Spa (Tarragona): masajes con piedras lávicas calientes, tratamientos ayurvédicos con pindas wedda rellenas de hierbas aromáticas, shiatsu facial o corporal, reflexología podal tailandesa. Los masajes orientales en todas sus variedades son el punto fuerte del centro de talasoterapia del hotel Princesa Yaiza (Lanzarote), desde los tradicionales masajes tailandés o balinés hasta otras técnicas más exóticas como el masaje ayurvédico abhyanga, de origen hindú, en el que se utiliza un aceite de sésamo tibio especialmente indicado para combatir el estrés. En el Abama Resort (Tenerife) han querido recuperar el ritual del baño árabe: el Rasul. Antes de entrar a la cabina húmeda, equipada con asientos climatizados de cerámica, se aplica una envoltura de barro terapéutico, para finalizar con una ducha de lluvia tropical, aceites nutritivos y el típico té moruno. El mismo spa ofrece un tratamiento ancestral tailandés llamado samunprai, que combina el tradicional ritual de pies con caña de limón con los estiramientos tai, técnicas de respiración pranayama y aromaterapia con cataplasmas de hierbas calientes. El The Oriental Spa Garden del hotel Botánico (Tenerife) propone un programa que incluye un peeling con extracto de flores, una envoltura tai, un masaje shiatsu, un baño oriental y una limpieza de cutis. 2 Ungüentos para darse un capricho Manjares gastronómicos hasta ahora desconocidos o poco aplicados en los lugares comunes de la belleza y la relajación se incorporan a la carta de tratamientos de los mejores spa. Desde la cerezaterapia, en la que el Sheraton Fuerteventura (Fuerteventura) fue pionero, hasta la citroterapia (tratamientos que aprovechan las propiedades de los cítricos), propuesta por el Orange Spa del hotel Mas de Canicattí (Valencia); pasando por la oleoterapia del Envía Hotel Wellness & Golf (Almería), consistente en masajes y peelings corporales con aceite de oliva Castillo de Tabernas, o la vinoterapia del Can Bonastre Wine Resort (Barcelona) y del Golf Peralada (Girona). En el Spa Termal del Panticosa Resort (Huesca), exclusivo para huéspedes del hotel, realizan envolturas corporales con miel o con chocolate. Para los clientes más sibaritas también se ofrecen experiencias salutíferas impagables como embadurnarse la piel con la trufa del tratamiento antiedad que ofrece Mas Passamaner (Tarragona), o recibir un masaje revitalizante con néctar de oro en el novísimo spa de La Salve (Toledo). Aunque la carta de tratamientos que mejor resume esta tendencia a fusionar la gastronomía con la salud y la belleza es la de Le Meridien Ra, con recetas no comestibles bautizadas con nombres tan apetitosos como Sorbete de Lágrimas de Cítricos (peeling de papaya, envoltura de mermelada y gel a base de pulpa de limón verde, naranja dulce y pomelo, y masaje hidratante con crema de coco y vainilla), Cremoso de Capuchino con Virutas de Chocolate (hidromasaje lácteo, exfoliante de cacao y envolvimiento de café tostado) y Cata Aromática Ra Penedés (vinoterapia a partir de las variedades cabernet-sauvignon y chardonnay). 3 Baños de bienestar Cuando el ritmo diario impide ponerse a remojo un rato para relajarse, algo tan antiguo como la bañera pasa a ser un lujo para los sentidos. Por eso cada vez más hoteles se esmeran en adornar el baño con pétalos de flores, sales, aceites esenciales o burbujas. La Calderona (Valencia) permite elegir entre un baño de uva o de cítricos; en los spa de los hoteles Mas Passamaner y Princesa Yaiza es posible darse un baño de leche con colágeno marino, mientras que en Le Meridien Ra, el hidromasaje de las bañeras Península y Niágara se enriquece con el complemento elegido por el bañista (vino, cítricos, leche, frutos del bosque, cacao o coco). 4 Cosmética 'prêt-à-porter' El negocio spa se amplía con la venta de líneas cosméticas. Jabones, cremas, sales de baño, champúes, mascarillas y tónicos, para trasladar la atmósfera placentera del balneario a casa, que pueden adquirirse por Internet, en el mismo balneario o en tiendas especializadas. Comercializan su propia línea los balnearios de La Toja (Pontevedra), Termas Pallarés (Zaragoza), Mondariz (Pontevedra), Balneario de Alceda (Cantabria) y Termas La Garriga (Barcelona). La lista de ungüentos termales de línea blanca es interminable. En el Balneario de Arnedillo (La Rioja) se pueden encontrar barros terapéuticos para aplicar en casa a modo de cataplasma, después de calentarlos al baño María; Mondariz comercializa varios tipos de infusiones, y el Wine Spa del Peralada Golf ofrece una original gama de productos elaborados por Termas La Garriga a partir de polifenoles, moléculas antioxidantes procedentes de la uva morada. 5 Clásicos que se renuevan El poderío de los nuevos templos del bienestar ha obligado a los balnearios de toda la vida a renovar sus instalaciones y ampliar su carta de tratamientos. Además del Panticosa Resort (Huesca), un complejo hotelero y termal en cuyo diseño han participado los citados Rafael Moneo y Belén Moneo, además de Álvaro Siza, las termas del Gran Hotel Balneario Blancafort (Barcelona) ofrecen circuitos termales tematizados, en lo que a decoración y tratamientos ofrecidos se refiere, inspirándose en las culturas occidental, romana, balinesa, islámica y chino-coreana. El circuito termal templarium recrea cada una de las partes de las antiguas termas romanas; el tratamiento estrella de la zona balinesa es el ritual en pareja, en el que la relajación se logra mediante meditación, masajes y baños termales, y en la zona de los Baños del Zahir, la atmósfera se impregna del olor de especias como el clavo, el cardamomo, la nuez moscada y la vainilla. En el Gran Hotel Balneario de Puente Viesgo (Cantabria) incorporaron una piscina de flotación ambientada con música y luz tenue en una especie de caverna amniótica. La inmersión en una solución de agua saturada de sales induce a la relajación, disminuye la tensión muscular y ayuda a combatir el jet-lag. Según los expertos, una hora flotando en esta piscina equivale a varias horas de sueño.
sioc:created_at
  • 20080301
is opmo:effect of
sioc:has_creator
opmopviajero:language
  • es
geo:location
opmopviajero:longit
  • 2131
opmopviajero:longitMeasure
  • word
opmopviajero:page
  • 12
opmo:pname
  • http://elviajero.elpais.com/articulo/20080301elpviavje_10/Tes (xsd:anyURI)
opmopviajero:refersTo
opmopviajero:subtitle
  • El nuevo 'spa' de Panticosa, obra de Belén Moneo, marca la pauta entre las propuestas balnearias
sioc:title
  • Pasión por un renovado espíritu termal
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all