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Un coche manejable, paciencia y mucho sentido del humor. Es lo que recomienda para viajar por carreteras italianas la actriz catalana, que, además de aparecer en la serie Aída, tiene ahora en cartelera el filme 8 citas.
¿Le va mucho lo de carretera y manta?
No especialmente, pero estando en Roma con un amigo se nos ocurrió que sería buena idea alquilar un coche para escapar de ese caos tan maravilloso que hay en la capital.
¿Pensarían en algún destino?
No, simplemente pusimos rumbo al sur, y al final acabamos cerca de Nápoles. Nos hicimos casi toda la costa amalfitana: Positano, Ravello, Praiano... 200 kilómetros de precipicios y curvas imposibles y autobuses suicidas.
Pero tendría su recompensa.
Desde luego, aquello es precioso. Nada como llegar a Amalfi, pasear por sus callejuelas empinadas y luego tomarte un limoncello -que es la especialidad ahí- en la piazza que hay frente a la catedral. Y acabas la jornada cenando un pescadito.
Una zona muy folclórica, supongo.
El término folclórico se queda corto. Nos tocaron varias verbenas de verano, y aquello es como una película de Fellini. Las orquestas tocan en la calle y todo el mundo baila; las abuelas gordas, los niños, los curas... Y lo mejor, te invitan a bailar con ellos. Y créeme, esa alegría y esa gracia son irresistibles. Por eso, la resaca acabó por ser una compañera de viaje más.
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