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El XF puede marcar el fin de una época o el principio de otra, porque llega justo cuando Jaguar, al igual que Land Rover, abandona el grupo Ford tras ser adquirida por el fabricante indio Tata. Pero al margen de las circunstancias, este modelo se postula como una alternativa original y vanguardista a las berlinas alemanas más exclusivas de su tamaño.
El nuevo Jaguar rompe la rutina en una categoría cada vez más masificada (Audi A6, BMW Serie 5, Mercedes Clase E...) y aporta valores diferenciadores que confirman sus aspiraciones, como una línea atractiva con estilo propio, un interior exquisito repleto de detalles innovadores, y un funcionamiento sobresaliente en prestaciones, confort y seguridad. Los precios son altos, pero competitivos (desde 51.990 euros), porque incluyen un equipo de serie superior al de sus rivales.
Nuevo estilo
El nuevo XF reemplaza al S-Type y evoluciona el ADN de Jaguar, que ha integrado siempre deportividad y elegancia en un envoltorio con toda la tradición y el lujo de las grandes berlinas inglesas. Destaca el frontal, que estrena la nueva parrilla de la marca, más sencilla y discreta que las anteriores. Pero los nervios del capó, los faros rasgados y las amplias tomas de aire del parachoques definen su carácter. La deportividad se aprecia también en la cintura alta y las formas abombadas de las aletas y las puertas, que llevan unas branquias detrás de las ruedas delanteras. Y tanto el diseño en arco del techo como la zaga (corta y maciza) se inspiran en los cupés.
Sin embargo, lo importante es que el XF tiene una personalidad muy marcada que, a pesar de romper con el estilo clásico de Jaguar, aporta una imagen con mucho gancho que lo distingue de sus rivales alemanes. Además aporta una calidad de fabricación sobresaliente: utiliza hasta 25 aceros especiales para mejorar la rigidez y reducir el peso, y presenta una aerodinámica eficiente (CX: 0.29).
Interior moderno y con clase
El XF mide ahora 4,96 metros, y es seis centímetros más largo, dos más alto y seis más ancho que el S-Type, lo que permite ampliar el interior, aunque sigue sin destacar por su habitabilidad. Las plazas delanteras son correctas, pero las traseras resultan justas en espacio para las piernas. Y ahora tiene un buen maletero (500 litros). Sin embargo, lo mejor es que aplica soluciones vanguardistas para crear un ambiente muy moderno y confortable, pero a la vez elegante y exquisito (ver página 19).
El conjunto se completa con una insonorización muy lograda que elimina los ruidos mecánicos, y con un compromiso impecable entre estabilidad y confort que lo confirma entre los coches más cómodos para hacer viajes largos.
Cuatro motores y buen equipamiento
La gama XF tiene cuatro motores: 3.0 V6 y 4.2 V8 (238 y 298 CV) y 4.2 V8 turbo (416 CV) en gasolina, y 2.7D biturbo (207 CV) en diésel, todos con cambio automático accionable desde el volante. Los precios son altos (ver cuadro inferior), pero aportan un equipo de serie superior al de sus rivales alemanes. El acabado Luxury incluye seis airbags, ABS, ESP, climatizador, asientos delanteros eléctricos, llave inteligente, ordenador de viaje y pantalla táctil en color; además, sensores de lluvia, faros y aparcamiento (atrás); radio-CD con cargador y bluetooth; control de velocidad, y tres años de garantía sin límite de kilómetros. El Premium Luxury suma asientos ventilados de cuero con memoria, así como navegador y otros detalles. Y puede añadir opciones sofisticadas como radar antichoque ACC, suspensión inteligente y televisión...
Conclusión
El XF es una alternativa a las grandes berlinas alemanas para quienes buscan coches exclusivos menos vistos. Ofrece una línea con clase y estilo propio, un interior a la última, y un funcionamiento impecable que reúne deportividad, seguridad y máximo confort. Y aunque es tan caro como sus rivales, viene mejor equipado de serie.
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