opmo:content
|
-
En la Merindad de Estella, el Señorío de Arínzano posee una bodega hermosa. Situada a orillas del río Ega, está ubicada en un precioso conjunto monumental cuyos orígenes datan del siglo XI. La finca consta de tres edificios que se integran en el paisaje: una torre defensiva del siglo XVI, una casona del XVIII y una capilla neoclásica. La edificación de la bodega es obra del prestigioso arquitecto navarro Rafael Moneo. El resultado es espléndido: una sobria y armoniosa edificación de hormigón abujardado y labrado, que con el tiempo va adquiriendo una noble pátina pétrea. En el interior, las cubiertas son de madera, y el acabado exterior está realizado en cobre, que al envejecer, como el vino, se ennoblece. Y, por fin, un vino de pago a la altura del señorío, este Arínzano de 2001, justificado orgullo de Fernando Chivite. Aroma de intensa frutosidad silvestre, fresca y madura, recubierto de una capa fragante donde el roble francés ensambla las especias con las notas de cuero y humo. Extraordinaria armonía fruta-madera, perfecto equilibrio, elegante ligereza que deja huella y lograda sin menoscabo de la potencia. Pura genialidad.
|