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  • 1. Ecoturismo en Iberá Yacarés de dentadura dentífrica y carpinchos circunspectos, dos de sus animales autóctonos, comparten cartel con 368 tipos de aves (¡a preparar las cámaras de fotos!) en armonía y libertad dignas de imitar. Paraíso para los amantes de la pesca, los esteros del Iberá, Corrientes (a 857 kilómetros de BuenosAires), son una reserva natural que, con 1,4 millones de hectáreas, forman el segundo humedal en tamaño de América del Sur. Iberá o "agua brillante", en guaraní, fue el nombre que le dieron los aborígenes por la chispeante superficie de sus aguas distribuidas en esteros, lagunas, bañados y ríos cubiertos por plantas acuáticas (www.esterosdelibera.com) 2. Trenes para enamorarse de norte a sur Rulos, túneles, zigzags, puentes y la sensación de taladrar un paisaje magnificente a casi 4.200 metros sobre el nivel delmar son algunas de las emociones que depara el Tren de las Nubes, uno de los ferrocarriles más altos del mundo. El recorrido, de unas quince horas (ida y vuelta), parte de la ciudad de Salta (www.turismoensalta. com), cada sábado de abril a octubre, y avanza entre coloridos cerros hasta San Antonio de los Cobres, pueblominero que reconoce orígenes indígenas, situado en plena Puna. Usuhaia, a 3.150 kilómetros de Buenos Aires, también tiene un tren de recorrido inolvidable, cuya historia se trenza con la del penal construido allí a principios del sigloXX. Bautizado como el Tren de los Presos, funcionó hasta 1952. El circuito actual parte todo el año de la Estación del Fin del Mundo hasta el Parque Nacional Tierra del Fuego, situado a 11 kilómetros de la ciudad, y caracterizado por ser el único del país que combina costa, bosques y montañas en paisajes que quitan el aliento (www.trendelfindelmundo.com.ar). 3. Dinolandia, en el sur del Sur Lejos ha quedado el tiempo en que Villa El Chocón (Neuquén) era famosa por albergar la represa hidroeléctrica delmismo nombre. Desde 1993, lo quemandan aquí son los dinosaurios: ese año, un habitante del pueblo encontró restos de lo que luego se bautizaría comoGiganotosaurus carolinii, el carnívoro más grande que jamás haya vivido sobre la Tierra y el pueblito pasó a ocupar un lugar privilegiado en elmapamundi paleontológico. Hoy las opciones turísticas en Neuquén y Río Negro permiten desde visitar museos hasta participar de excavaciones, uniendo educación y entretenimiento (www.enjoy-patagonia.org) 4. Turismo rural para todos los bolsillos Estancias (casas de campo) hay para todos los gustos (y bolsillos): supersofisticadas que emulan los usos de la clase alta ganadera argentina y ofertas que incluyen jugar un partido de polo o recorrer la ruta de los gauchos de Güemes, el héroe salteño (www.reavealargentina.com.ar), o las que proponen fines de semana de trabajo rural, con jornadas de a caballo y actividades que comienzancon el canto del gallo. La mayoría se encuentra en plena pampa, en la provincia de Buenos Aires, pero el turismo de estancias viene desarrollándose al galope y tiene representantes en distintas regiones, con originales servicios para viajeros que quieren unir naturaleza, descanso y aventura. Infaltable en el menú el tradicional asado criollo. (www.raturestancias.com.ar.) 5. De las cataratas a las termas No cuesta imaginar a Tarzán en este paisaje, aunque la literatura le haya soñado otro destino. Misiones (situada en el noreste argentino a 1.000 kilómetros de Buenos Aires; www.turismo.misiones.gov.ar) es puro derroche de agua, tierra colorada como la sangre y omnipotencia selvática. El Parque Nacional de Iguazú, donde una falla geológica y unaUgigante del río del mismo nombre forman las impactantes cataratas del Iguazú, alberga más de 2.000 especies de plantas, 450 variedades de aves y 80 clases de mamíferos. Para aventureros que prefieran un rincón de sobrecogedora belleza pero sin la infraestructura cinco estrellas de Iguazú, los saltos delMoconá (limitando con Brasil) ofrecen caídas de agua de hasta 20 metros de altura que se pueden alcanzar en bote o caminando. A 60 kilómetros de Posadas, la capital provincial, se encuentran las ruinas de San Ignacio, restos de la reducción diseñada por los jesuitas y construida por los indios guaraníes en el siglo XVII, dueña de una historia que el cine llevó a la pantalla en la oscarizada La misión. EnFederación (www.termasenfederacion. gov.ar.), Entre Ríos, el agua viene del corazón de la tierra.Un parque termal de 12 piscinas tienta con zambullirse en el color turquesa, a temperaturas entre los 36 y los 41 grados, y disfrutar de una provincia que es sinónimo de carnavales en verano. Curiosa historia la de esta Atlántida argentina que, sepultada por las aguas de la represa de SaltoGrande, debió ser trasladada y reconstruida en los años setenta, resurgió en la década de los noventa gracias a las termas y el turismo, y hoy ofrece atractivos adicionales como excursiones de pesca para adictos a ese deporte y una hostelería en expansión. 6.Un paisaje lunar cerca de los Andes Cierre los ojos y, mientras ruge el viento, imagine que es el protagonista de la novela de Verne De la Tierra a la Luna.Ahora ábralos y disfrute de un insospechable paisaje lunar, declarado patrimonio natural, cerca de los Andes: rocas monumentales, talladas por la erosión de 230 millones de años, que cambian de color según la luz (rojo, morado, plateado...) y compiten para ver cuál gana el concurso de las formas, salpican las 60.000 hectáreas que ocupa el Valle de la Luna (parque provincial Ischigualasto). Situado a 1.480 kilómetros de Buenos Aires, en la provincia de San Juan, además de la geología, la paleontologíamundial lo ha escogido entre sus vedettes. "Paraíso de los fósiles" lo llamó alguna vezAlfredRomer, de la Universidad de Harvard, por tratarse del registro de dinosauriosmás antiguo delmundo. Una selección de los restos allí encontrados, pertenecientes al triásico (periodo de unos 45millones de años que integró la era mesozoica), puede visitarse en el Museo de Ciencias Naturales de San Juan.Cierre los ojos otra vez y déjese llevar ahora... a Triassic Park (www.sanjuan.gov.ar). 7.La playa 'slow' del Atlántico Sur Se postula desde 2006 como la primera ciudad lenta del continente americano. Y tiene con qué. En Mar de las Pampas, playas larguísimas y el perfume de un frondoso bosque de álamos, sauces, pinos, acacias, eucaliptos y cipreses (más de un millón de árboles plantados hace 50 años) se unen para levantar la consigna de vivir sin prisa. Ideal para escapadas románticas o vacaciones familiares, este balneario que integra el municipio de la también playera Villa Gesell, a 357 kilómetros de Buenos Aires, le dice militantemente "no" al asfalto, en un rincón que combina ecología y descanso. www.mardelaspampas.com.ar 8.Aires de sierra en Córdoba Patios cuajados de geranios rojos, óleos cusqueños, claustros que guardan secretos desde 1622 y una fachada blanca típica del barroco colonial distinguen a la jesuítica SantaCatalina (a 70 kilómetros de la ciudad de Córdoba, centro del país), la más grande de las cinco estancias cordobesas declaradas patrimoniomundial por laUnesco en 2000.El aire sereno de Asconchinga (donde, además de balnearios y paseos a caballo, puede disfrutarse de un campo de golf) se mezcla allí con la historia de la Compañía de Jesús y el encanto de las sierras Chicas.Muy cerca, a 14 kilómetros, el pasado y el presente vuelven a darse la mano en La Paz, la estancia de Julio Argentino Roca, dos veces presidente de la nación, convertida en selecto resort. www.turismocordoba.com.ar. 9.Lo mejor del fin del mundo La leyenda dice que en él se inspiraron los dibujantes de Walt Disney para imaginar el bosque que vimos en Bambi, el filme de dibujos animados, y aunque no sea cierto, los arrayanes, esos árboles centenarios de corteza lisa, fría y color canela, hacen de la isla Victoria?rodeada por el lagoNahuelHuapi?un sitio de película. Miradores y senderos que recorren el bosque, únicos en el mundo, auspician fotografías de tarjeta postal. Escapada romántica para quienes viajen sin menores de 12 años, una exclusiva posada permite pasar la noche en este rincón selecto del globo. Para los demás, toda la magia de la ciudad de Bariloche, centro de esquí, famoso por su vida nocturna y su chocolate en rama (www.noticiasdebariloche. com.ar). En Trevelín (Chubut), el té es un ritual. Una tradición llegada con los colonos galeses que poblaron la zona a partir de 1865, pero que sumó elementos absolutamente locales; así, sólo encontrará la torta galesa en la Patagonia, una delicadeza frutal, macerada en roble más de 40 horas, que engalanaba bodas y navidades bajo la presión de desarrollar un alimento que pudiera durar largas temporadas. Calles pobladas de rosales, bosques de lengas, copihues y araucarias y la pesca deportiva de la trucha en la cuenca del río Futaleufú (formada por lagos de origen glaciar) son algunos de sus encantos. Ejemplo de la Argentina forjada por el aporte de inmigrantes de diversos orígenes, esta ciudad, situada a 2.000 kilómetros de Buenos Aires, ofrece actividades todo el año (www.trevelin.org).
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  • Diez experiencias a flor de piel
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