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Se puede empezar con una ración de bravas y seguir con unas croquetas de jamón aceptables, continuar con una tortilla de patatas correcta o pasar a una ensaladilla rusa o un pollo al ajillo al estilo de siempre. Más casero, imposible, y más desenfadado, tampoco. En su relación de especialidades, pensadas para compartir entre varios, figuran platos divertidos cuyos enunciados hablan por sí solos: buñuelos de bacalao, chipirones a la andaluza, salmorejo cordobés, ventresca de atún con tomate, rape en adobo y hamburguesa, entre otras. De postre, arroz con leche o cremoso de chocolate. Aunque nada alcanza cotas gastronómicas relevantes, es difícil encontrar algún plato que suscite reparos serios. Y para acompañar lo sólido, un interesente listado de vinos a precios razonables, entre los que figuran varias marcas por copas. Inteligente selección de la que es responsable Víctor Díaz, profesional experimentado que trabaja codo con codo con Alfonso Lara, director de este espacio multifuncional (restaurante / terraza) en el que el ambiente se transforma según los momentos. Al mediodía funciona el comedor acristalado. Al caer la noche entran en acción las mesas al aire libre en una plataforma más baja, desde la que se contempla la terraza / lounge, situada en un escalón inferior frente al campo del Bernabéu. Entre horas se ofrece una amplia selección de pinchos y tapas. Y desayunos al aire libre a partir de las diez de la mañana.
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