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Lo tienen claro en Pago del Vicario: el vino de calidad, con un consumo per cápita bajísimo y unas exportaciones que no alcanzan el nivel adecuado, necesita inscribirse en algo más que la gastronomía para resultar rentable. Ellos han optado por el enoturismo. Una apuesta inteligente que se traduce en el diseño de sus bodegas como centros de producción, ocio y deporte.
Es lo que han hecho en La Mancha, y es lo que están haciendo en el Bierzo. Aquí tienen un proyecto ambicioso, con una inversión de 20 millones de euros para bodega, hotel cinco estrellas y campo de golf de 18 hoyos. Todo en un entorno natural atractivo, como corresponde a la comarca berciana de la provincia de León, en la ladera este de los montes de Villabuena, rodeado de manantiales y viñedos, junto a la ribera del Cúa.
Hermoso paisaje y terreno pedregoso de pizarras sobre el que se asientan las casi 12 hectáreas de viñedo muy viejo, de entre 70 y 100 años, de mencía, godello y Doña Blanca, base para un diseño de vinos personales. Como este GO de Godello, un blanco fermentado y criado en barricas de roble francés. Aroma complejo, a fruta madura (melocotón, mango, piña...), perfume floral (jazmín), frescas notas balsámicas y fondo especiado de almendra tostada, mantequilla y humo. Buena acidez para un vino graso, sabroso, con el noble final amargo de la variedad, pero con una incomprensible punta de carbónico.
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