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  • El otoño es una estación ideal para visitar la llamada Ville Rose. Los estudiantes vuelven a tomar la ciudad y sus ganas de ponerse al día superan el deber del estudio. Mientras las hojas de los libros reposan, las de los árboles invierten los matices del paisaje y del tejido urbano. Toulouse es una ciudad de paso, fronteriza, lo que le da un toque cosmopolita. Su industria aeronáutica y su universidad la convierten en la referencia del sur. Refugio de exiliados de la guerra civil española y fortín de estudiantes de todas las nacionalidades. Se la suele llamar ciudad rosa, dado el color de los ladrillos, de un naranja-ocre muy particular, que absorbe la luz de manera inconfundible. 9.00 La gran Saint Sernin Un sábado no se puede pasar por alto la visita a Saint Sernin (1) (00 33 561 21 80 45. De lunes a sábado, de 8.30 a 11.45 y de 14.00 a 17.45. Domingos, de 8.30 a 12.30, y de 14.00 a 19.00. Entrada gratuita), en la plaza homónima. Se trata de la iglesia románica más grande de Occitania, y la segunda de Francia, después de Cluny. Conviene no perderse la Avantporte, antigua portada, así como la puerta Miegeville, construida en torno a 1115, adornada con uno de los más célebres témpanos románicos, donde se representa la ascensión de Cristo, y remodelada hace apenas un año. Desde ese punto apetece tomar la Rue du Taur (2), una arteria comercial, simpática por el aura universitaria que desprende. En ella está la Cinémathèque (Rue du Taur, 69; ¿Has estado? Comparte tus fotos con otros lectores), varias librerías de viejo, anuncios de conciertos y diversas creperías. Como Toulouse es ciudad de mercados, si fuera domingo no habría excusa para dejar de ir a los alrededores de la iglesia de Saint Aubain (3). Allí se juntan libros, artesanía, flores, comida regional (Aligot, Tartiflette...) y no tan regional (paella, empanadas argentinas...). Este mercado al aire libre constituye un pintoresco fresco urbano. 10.00 Rojo de Languedoc La Rue du Taur conduce a la Place du Capitole (4), espectacular centro de la ciudad. Allí se encuentra el Ayuntamiento, de fachada inconfundible, y enfrente, bajo los soportales, los cafés más distinguidos. La cadencia de Toulouse pasa por Capitole, tiene el pulso de un caos equilibrado, refinado, francés. A dos pasos, escondido y en reposo, tanto que da no sé qué acercarse, está el antiguo Convento de los Jacobinos (5) (Rue Tripière, 9. Todos los días, de 9.00 a 19.00. La entrada a la iglesia es gratuita. La visita completa cuesta 2,20 euros), un imponente conjunto conventual que incluye claustro, iglesia, sala capitular y refectorio. Se empezó a edificar en 1230 y no se terminó hasta el siglo XIV. Enteramente construido en ladrillo rojo, constituye uno de los mejores exponentes de arquitectura languedociana. Hay calles que, mientras se recorren, desprenden esencia a Edad de Oro, la animada Rue Gambetta es una de ellas, pues es la más literaria: el café-librería Terra Nova (6), en el número 18, es el lugar ideal para el estudiante políglota; el intelectual resabiado no omitirá una visita a Ombres Blanches (en el 50), y el entusiasta de los cómics no se perderá Terres de Legendes (en el 44). 12.00 Aromas de Francia Como casi toda Francia, Toulouse también se rinde al queso y al chocolate. Uno puede llegar a reconocer dónde se encuentra siguiendo el rastro de esos aromas inconfundibles. Este centro histórico ofrece chocolaterías, queserías y bodegas para todos los gustos. Au Père Louis (7) (Rue des Tourneurs, 36. 00 33 561 21 33 45), una bodega clásica, de porte añejo, pero selecto, es una opción a tener en cuenta pour l'apéritif. A su vez llaman la atención las terrazas de la Place de la Fontaine, de la Trinité o toda la Rue des Filatiers, las tiendas de ropa vintage como Groucho (Rue Peyrolières, 39) o Brock'n'roll (Rue Cujas, 26), y bazares de vinilos como Made in Jazz (Rue Cujas, 10; www.madeinjazz.com). 14.00 Un rincón almodovariano Toulouse es una marmita de tentaciones gastronómicas. Existen razones suficientes por las que vale la pena sufrir un ataque de hambre. Destaca la originalidad de la galerie vivante Bicoq' (8) (Rue du Coq d'Inde, 2. 00 33 561 25 10 06; www.bicoq.com), estupendo lugar que fusiona decoración y restauración regional, en el que todo lo que vemos está a la venta. A su lado, el planeta Almodóvar tiene un nombre: Le Feu de l'Amour (9) (Rue Paradoux, 2. 00 33 562 17 54 23), colorido restaurante en el que la carta cambia a diario y cuyo interiorismo consiste en mobiliario antiguo, vajilla dispareja e imaginería religiosa con intención irreverente. 16.00 Un imán para todas las edades Pasear au bord de l'eau es obligado. El Garona, el río que atraviesa Toulouse, ejerce de imán para todas las edades. Mientras dure el buen tiempo, la primera hora de la tarde saca de casa a la gente y esparce por el césped a los más jóvenes. Los días de sol, la terraza del Café des Artistes (10) (Place de la Daurade, 13) está muy buscada; quien encuentra sitio, tarda en dejarlo. Sucede que es costumbre quedarse hasta que ya no queda ni rastro de calor. Las puestas de sol desde los bajos del Pont Neuf están en alza, impecables atardeceres rojos aderezados con cerveza y conversación. 18.00 Dos 'quartiers' imprescindibles A eso de las seis, es un placer recorrer el quartier des Antiquaires, el más burgués de Toulouse, de un refinamiento arquitectónico exquisito. Partiendo del Couvent des Agustins (11), un convento gótico que alberga del Museo de Bellas Artes de Toulouse (Rue de Metz, 21. 00 33 561 22 21 82. De lunes a sábado, de 10.00 a 18.00. Los miércoles, hasta las 21.00, y se celebra un concierto de órgano a las 20.00), que bien merece una visita y guarda un claustro de lo más agradable, conviene ir deshojando los rincones de un barrio maravilloso. La catedral Saint-Etienne (12) (en Place Saint Etienne), atravesada de modificaciones, se eleva para ser vista desde todas sus panorámicas. En la Rue Fermat se concede protagonismo a las tiendas de diseño de interiores y a galerías de arte como Tania Manesenkow, Roger Betti, Fabrice Galvani...; la Rue Ninau conserva delicadeza arquitectónica, destreza ornamental, unificación polícroma, patios renacentistas... y conduce hasta el Jardin des Plantes (13) (todos los días, de 7.45 a 18.00. Entrada gratuita). ¡Este quartier es un lujo! Eso sí, los domingos está todo cerrado. Como remate, no está de más cruzar el Pont Neuf y conocer Saint Cyprien, barrio de moda que defiende la tradición artesanal, y el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Toulouse (14) (Allées Charles de Fitte, 76. 00 33 562 48 58 00; www.lesabattoirs.org), interesantísimo enclave que aprovecha la rehabilitación de los antiguos abattoirs (mataderos). Para conmemorar el décimo aniversario del fallecimiento de Antonio Saura, el museo ha dedicado 2008 al pintor oscense con varias exposiciones -la de sus dibujos, denominada Saura ilustrador, se clausura mañana- que reivindican esta figura clave de la abstracción y la opacidad plástica. 21.00 'Blues' y 'rock and roll' Por la noche encaja tomar una copa en Le Filochard (15) (Place Pont Neuf, 8), un clásico con cierto aroma a sótano mal iluminado, a ritmo de blues y rock and roll. Desde ahí hasta el Pont Saint Pierre se abre un abanico de callejuelas lleno de minúsculos restaurantes y propuestas para alargar la noche.
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  • Cafés-librerías en las que curiosear durante horas, terrazas para aprovechar el sol junto al río y dos barrios para perderse: el de los Anticuarios, con sus calles de delicada arquitectura, y Saint Cyprien
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  • Energía estudiantil a orillas del Garona
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