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  • Ajena al ruido, a la distancia, a la realidad misma, perdida de todo lo conocido, en los extremos jienenses de Sierra Morena, aparece esta dehesa propiedad del hierro Santa Coloma y que es hoy, por obra y gracia de María Jesús Gualda Bueno (y familia), un pintoresco complejo de turismo taurino. Más de 350 hectáreas de encinas, olivos y monte bajo reciben al viajero más campirano, invitado a compartir capeas, herraderos y tentaderos con profesionales del toreo. Además, gozar con una buena cena y una mejor cama en cualquiera de los ocho dormitorios habilitados en las antiguas barracas de los mayorales. Desde 1850, la finca está dedicada a la cría del ganado de lidia. Aconsejable viajar hasta aquí con botas camperas y un vehículo resistente a los 10 kilómetros de baches de la pista de acceso. Al fin, el cortijo. Pequeño, sencillo, muy rústico; pero con vistas soberbias a los montes de El Condado. Recibe la propietaria en persona o su hijo. Trámite diligente, sin complicaciones. El patio alegra de entrada la vista con su fuentecilla en el centro. Al costado izquierdo, la casa de los dueños. Al derecho, las habitaciones alineadas y porticadas en pura piedra, sin mayor intervención que la de apuntalar la antigua estructura y añadir el diminuto cubículo del baño. Poca luz en el interior. Muebles, los necesarios. Ornamentos, los justos. Eso sí, con unos colchones viscoelásticos y unas sábanas de fibra natural de maíz con hilos de carbono antiestrés... Más allá, el salón de estar, agradable, aunque excesivo. El comedor es su antesala, donde se sirven las cenas y los desayunos, ambos muy caseros, con ocho variedades de aceite a escoger. La actividad más atractiva del cortijo recae en Carlos Ozores, jinete profesional nacido en Madrid, criado en San Sebastián y mudado a Andalucía por amor. Monta, guía, enseña doma clásica, da paseos en coche de caballos, organiza tientas y capeas, y acerca a sus clientes hasta los cuartos traseros de los morlacos. Turismo activo a precios de crisis. Visita a la ganadería en remolque rociero con conductor, 25 euros. Capea de becerras con dos pases, 500 euros. Clases de tauromaquia, 30 euros. Box para caballos, 15 euros. Y el silencio de la dehesa, a pie o en bicicleta, con acompañamiento de perdices, que es gratis.
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  • EL AÑADÍO, turismo activo en un cortijo de Jaén dedicado a la lidia entre olivos, encinas y monte bajo
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  • En casa de los mayorales
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