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  • Un verano más, este hotel marbellí alivia con su buena aireación el bochorno del terral (viento sur) y la masificación urbanística de la Costa del Sol. Su emplazamiento, lo suficientemente alejado del núcleo urbano y en primera línea de playa, tiene sus adictos desde que vio la luz en 1959 como casa club del segundo campo de golf más veterano del litoral malagueño. Fiel a su hotel de toda la vida, una clientela variopinta de golfistas centroeuropeos y veraneantes españoles de secano se mestizan hasta casi diluirse por los jardines, pasadizos, vericuetos, terrazas, miradores y sombrillas marítimas que conforman sus amplias instalaciones, preferidas a otros lugares más rutilantes de la costa por su ambiente familiar y el anonimato que pueden guardar frente a los paparazzo. Aquí se rodó, en 1973, la película de Melvin Frank A touch of class (Un toque de distinción), protagonizada por George Segal y Glenda Jackson, quien recibió su segundo oscar a la mejor actriz (tras Mujeres enamoradas). Oleaje como fondo Durante las horas de sol, la espina vertebral del hotel es su Beach Club, quizá no tan glamuroso en Marbella como el Nikki, pero más arraigado a la tradición veraniega local. Sobre la piscina vuela la terraza del restaurante Acqua, delicioso de noche, cuando se recogen las hamacas y apenas cabe distinguir el tintineo de los platos entre el oleaje. El golf sitúa ahí mismo su hoyo 10, así como el tee del 11 y el recorrido el 12, donde hay que afinar para no perder la bola en los jardines circundantes. La última reforma, hace tres años, sacrificó algo de tono mediterráneo en los dormitorios, que fue sustituido por un excesivo rigor decorativo de luces cálidas y muebles oscuros, supuestamente más elegantes. De noche, la atmósfera relaja. Pero, de día, aumenta la sensación de calor y de retiro cartujo, poco favorables al optimismo que debiera inspirar un hotel vacacional. Un complemento a la playa, o después de firmar una buena tarjeta de golf, es el nuevo centro termal instalado bajo la zona de terraza y cafetería chill out. Un rincón demasiado kitsch, opina la clientela de toda la vida.
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  • Guadalmina Spa & Golf Resort, vacaciones tranquilas en la Costa del Sol
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  • Verdor mediterráneo
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