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  • La taquería Mi Ciudad lleva tres meses abierta y tres meses llena hasta la bandera. El quid de su éxito: tacos a todas horas para matar el gusanillo por 1,50 euros. Eso, y que sus tortillas rellenas de cochinita pibil, tinga o mole poblano saben como si estuviesen cocinadas en el puritito México. De hecho, el pequeño local es un ir y venir de expatriados mexicanos que han encontrado por fin los sabores añorados de su tierra. A doña Carmen García y don Manuel Gulias, patriarcas de Mi Ciudad, se les rompió el corazón cuando sus dos hijos, Manolo y Tadeo, emigraron a España. Al ver que no volvían, decidieron que la montaña fuese a Mahoma. Vendieron todo lo que tenían en Puebla y se inventaron una segunda vida como hosteleros. "Restaurantes mexicanos ya hay muchos en Madrid, así que nos decidimos por un concepto más informal", dice Gulias, que nació en Galicia, pero al que 45 años de emigrante le han puesto hasta cara de mexicano. Su sueño: "Montar un restaurante grandotote, con una pista para zapatear y traer a buenos músicos que estén medio acabadones allá para que no salgan muy caros". Si Mi Ciudad sigue tan concurrida, lo conseguirá muy pronto. En la cocina, que abre sin interrupción de las once de la mañana a las dos de la madrugada, la reina es doña Carmen. "Es una matadita, pero ¡dónde se ha visto que un restaurante cierre por la tarde!", dice sin entender el horario español, "gente con hambre hay a todas horas". Doña Carmen cocina sus platillos en casa, "con el mismo cariño que pondría para alimentar a los míos", dice. Explica que es muy fregona, es decir, muy tiquismiquis: "Le quito todo lo gordito, las venitas y todo lo feo a la carne, soy muy cuidadosona". El resultado son tacos exquisitos y manejables, con ingredientes traídos de México, que van cayendo sin que uno se dé cuenta. Por unos 10 euros se come, y por mucho menos se consigue un sabroso tentempié. Como buenos mexicanos, no es raro encontrar a toda la familia en el local, en el que se come de pie o en banquetas, y en el que fluye la conversación incluso entre desconocidos. Porque además de nopalitos, frijoles y riquísimo tequila Don Julio, en Mi Ciudad hay muy buen rollo. Perdón, muy buena onda.
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  • Un taco genuino por 1,50 euros
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