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  • Todo lo que tiene de famosa la madrileña plaza de toros de Las Ventas lo tiene de desconocido el barrio que la rodea. Pocos saben que Almodóvar tiene su factoría de ideas en la zona, que los Beatles realizaron un concierto mítico o que entre vermús, tapas y reventas aparece una tienda de cómics única. Y de madrugada, al salir de una sala muy rockera, ¡sorpresa!, el sereno sigue haciendo la ronda. "No tengo tiempo para charla, que todavía he de ir al parque", explica sin parar un minuto Manolo. Es el sereno voluntario que, nostálgico de su antiguo trabajo, lleva más de 20 años recorriendo estas calles. Cada amanecer abre el parque de Evita Perón, donde las mañanas comienzan con chocolate y churros en la calle o con un desayuno casero en Pastelería Gómez, cuyas recetas deleitan desde 1965 el paladar de los madrileños. Tras el café, un paseo por la calle de Azcona hasta la Escuela de Julián Besteiro. Inaugurada en 1988, la sede del sindicato UGT programa exposiciones, cursos y talleres. Cultura entre los bustos de Besteiro y de Pablo Iglesias. Hasta el 2 de febrero, una retrospectiva del historietista Carlos Giménez ilustra la cruda realidad del auxilio social, relata la dureza de la posguerra y traza una crítica ácida a la transición. "Ahora no pueden impedir que contemos la historia tal y como la vivimos", explica Giménez. Ese pasado asfixiante y represor también tiene su reflejo en la icónica plaza de toros, construida en 1929. Durante la Guerra Civil fue un gran huerto que abastecía a la ciudad sitiada, después se tornó en un foro del franquismo y actualmente es un espacio polivalente. En su ruedo no sólo han toreado Curro Romero o José Tomás; también han actuado Kylie Minogue o jugado al tenis Rafa Nadal. Y en sus gradas se ha sentado desde el comandante de las SS Heinrich Himmler hasta Ava Gardner. Ya sea para rememorar la historia (por ejemplo, el concierto de los Beatles del 2 de julio de 1965), por afición o su contrario, la visita a la plaza (hay recorridos organizados) es obligatoria. Tras cruzar la puerta grande, es momento del vermú, pero de grifo. El lugar legendario para taurinos, curiosos y buscadores de entradas: Los Timbales. Decorado con imágenes de corridas y recuerdos de diestros, ofrece rabo de toro, calamares, bravas o morcilla. Una opción sin carne es El Rincón de Jaén, donde las gambas, los bígaros o los langostinos acompañan a las cañas. Y una versión menos concurrida y con encanto se encuentra en El Burladero, en la esquina de la calle de Roma. Entre este esquinazo y la calle de Castelar aún se mantiene el Madrid Moderno, una elegante ampliación del barrio de Salamanca. De las primeras construcciones, ideadas por Julián Marín a finales del siglo XIX, quedan algunos restos; de la segunda fase, proyectada por el modernista Valentín Roca Carbonells, resisten más edificios, pero todos en riesgo de desaparecer. La especulación amenaza a los testigos de una arquitectura que pudo doblegar al urbanismo caótico, y demasiadas veces insensible, que rige en la capital. Fanáticos y sin complejos De vuelta a Manuel Becerra, y muy cerca de El Deseo, la productora de Pedro Almodóvar (en la calle de Francisco Navacerrada, 24), superhéroes, muertos vivientes, bustos de Tintín y camisetas de Star Wars seducen desde el escaparate de Arte 9. A esta tienda de cómics "viene todo tipo de gente", explica José Luís Martínez, encargado de un local con 25 años de historia, "pero principalmente frikis". Fanáticos y sin complejos, los aficionados encuentran en la librería clásicos de las viñetas, novelas gráficas, merchandising y, en el sótano, una sala para jugar a juegos de mesa. Si el hambre azuza, en Marqués de Zafra aparecen varias opciones, como sushi en el japonés Osaka o encurtidos en La Conserva. Anchoas, tostas y una interesante bodega en un local que desde 1969 está especializado en salmueras. En esa época aún se podía ver, en la calle aledaña, la Antigua Cárcel de Mujeres de Ventas (ahora una manzana residencial de la calle del Marqués de Mondéjar). Construida durante la II República como centro penitenciario modelo para la integración de mujeres, acabó siendo lugar de hacinamiento de reclusas en la dictadura. Las Trece Rosas pasaron por aquí antes de ser asesinadas. La historia de las jóvenes, detenidas y fusiladas por su militancia, se ha transformado en novela, película e incluso espectáculo teatral. Y aunque nunca se ha representado en la cercana Sala Tribueñe, la selección de obras de este teatro alternativo merece que se compre una entrada. Fundada por Juan Ramón Sánchez Guinot, el fallecido actor que interpretaba a Chema, el panadero de Barrio Sésamo, la compañía representa ahora El jardín de los cerezos, de Chéjov. A pesar de que sea invierno, a la salida del teatro es ineludible tomarse un helado en Sienna. Pedro Ritella, patriarca de la familia que lleva el negocio, aprendió sus recetas en Italia, desarrolló las mezclas en Argentina y ahora impresiona con sus sabores, uno nuevo por temporada, desde su pequeña tienda. Auténtica (y doble) tradición heladera junto al parque de la Fuente del Berro. El agua de la fuente llamó la atención de María Luisa de Orléans, esposa de Carlos II, que la convirtió en abrevadero real. Entre cuidados jardines y una escultura a Bécquer, aparece un palacete, centro cultural y recomendable restaurante. En La Cocina de la Fuente del Berro, antiguo Alkalde, destaca el bacalao marea negra o las texturas de chocolate. En un barrio de solera, la noche es protagonista. La primera copa empieza con música en directo en el tablao de La Quimera. Y continúa, tras una caminata, con punk, rock, reagge o ska en la sala Barracudas. El local, frecuentado por músicos y melómanos, programa sesiones como Raruno Festival. Al amanecer, cuando acaba la sesión, hay que echar un vistazo más allá de la M-30, donde destaca un enorme edificio de colores. Fue promovido por el constructor del régimen José Banús y era el bloque donde Carmen Maura, bajo las órdenes de Almodóvar, se preguntaba ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984). El sereno no pasa por aquí, pues ya no está en Ventas, pero su gigantesca fachada continua y las alocadas intervenciones de los vecinos en las terrazas lo convierten en un icono imprescindible de Madrid que encajaría muy bien con la esencia del barrio.
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  • De marcha con el sereno junto a la madrileña plaza de toros. Del Raruno Festival a una veterana tienda de cómics, Arte 9. Y para terminar, vermús, teatro y un guiño a Pedro Almodóvar
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  • Paseíllo por Las Ventas
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