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La tradicional bodega Pinord, ubicada en Penedés, se ha hecho ecológica en Priorat; más concretamente, se ha reconvertido a la viticultura biodinámica inspirada en las teorías antroposofísicas de Rudolf Steiner (1861-1925), filósofo esotérico cuya influencia se expande entre los bodegueros más inquietos y amantes de la naturaleza. Sus propuestas, una especie de vía espiritual de la viticultura, se basan en el principio de la mínima intervención humana, dejando que la naturaleza alcance el equilibrio con su entorno sin interferencias artificiales.
Una variante radical de ecologismo que anatematiza los productos químicos, la irradiación, los aditivos, la fumigación y, en los últimos tiempos, el uso de cualquier ingrediente genéticamente modificado, todo ello aderezado de una buena dosis de misticismo.
Fieles a estos principios, su bodega Mas Blanc ha conseguido la primera certificación Demeter, asociación sin ánimo de lucro que garantiza en todo el mundo los productos biodinámicos, otorgada a un vino español.
Notas de hojarasca
Hasta aquí la teoría y práctica de una forma de entender la agricultura (y el universo). El vino es otra cosa, porque no existe una receta vitivinícola infalible para conseguir la excelencia, fruto de un complejo sistema abierto.
En este caso, la filosofía se traduce en un tinto de expresión aromática algo cerrada (hay que abrirlo unas horas antes) con buena carga de fruta muy madura junto a elegantes notas de hojarasca, pedernal, tabaco, cuero, tostados y madera de cedro. En boca es denso y frutal, de robusto componente tánico y final casi dulce, que necesita tiempo de botella.
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