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  • Como el Ave Fénix, desde el inmenso valle de Aburrá, renace Medellín. La segunda ciudad en importancia de Colombia, después de su capital Bogotá, se renueva tras años bajo la lacra del terrorismo del narcotráfico, e invita al turismo internacional a fuerza de novedades arquitectónicas. Para conseguir una panorámica general de la ciudad de la eterna primavera (un clima que ronda los 23 grados todo el año) es recomendable montarse en el turibús. En cuatro horas de ruta (con dos frecuencias, 9.00 y 13.00, desde las estaciones de metro del Poblado y/o Estadio), por unos seis euros, y con una simpática guía, se transita por una ruta de veinte paradas en la que destacaremos varias: 01 Metro y metrocable El metro de Medellín y un conjunto de nuevos complejos arquitectónicos, entre los que despuntan los Parques Biblioteca, hacen de la ciudad un hito en el avance hacia la modernidad en América Latina. El metro es una joya en lo que a servicio, amplitud y limpieza se refieren, además de un transporte curioso y atractivo para el viajero, por transitar a varios metros de altura atravesando de norte a sur y de sur a norte la ciudad. Lo cual representa otra manera de pasear y contemplar Medellín. El metrocable, hermano menor del metro, es un teleférico con cabinas que salen cada 12 segundos y que transportan hasta 10 personas. Su función principal es el traslado a las zonas altas de los cerros, donde se encuentran los barrios más deprimidos de la ciudad. Gracias a este medio llegamos al Parque Biblioteca España (el más destacado del proyecto de cinco Parques Biblioteca distribuidos en Medellín), que buscan ser herramienta de transformación social y cultural. Estas tres moles de piedra negra y vidrio, inauguradas en 2007 y obra del arquitecto Giancarlo Mazzanti (Barranquilla, 1963), rompen y a la vez se integran en el paisaje montañoso con su imponente forma de rocas artificiales y habitables. 02 Orquideorama Si nos bajamos en la estación Universidad del metro, visitamos el Jardín Botánico, en el que se encuentra el Orquideorama. En la ciudad de las flores nos maravillamos ante su flor nacional: la orquídea. El Orquideorama es un jardín cubierto, construido en madera y que desde el aire copia la forma de un inmenso panal. Ganador de varios premios de arquitectura, es obra de Carlos Restrepo con J. Paul Restrepo y Plan B (Felipe Mesa y Alejandro Bernal). Inspirado en las celdillas en las que laboran las abejas, este referente natural dialoga con la abstracción con una sutileza extraordinaria. Es el nuevo gran icono de Medellín y una de las mejores obras de la arquitectura latinoamericana reciente.Tanto este proyecto como el de los Parques Biblioteca, como la implantación de la "cultura metro" (se reparten folletos donde se promueve una cultura del orden), han servido para lanzar un eslogan político: "Medellín, la más educada". 03 Descalzos en el jardín El Parque de los Pies Descalzos, construido entre 1998 y 2000, es uno de los espacios más divertidos y relajantes a la vez, en medio de la ciudad. En el centro del área creada por las Empresas Públicas de Medellín (rodeado por el Museo Interactivo, el Teatro Metropolitano y el conjunto arquitectónico conocido como Plaza Mayor y el Edificio Inteligente), se despliega este parque de inspiración zen, en el que el visitante deberá descalzarse para poder sentir el contacto con diferentes suelos. Allí se encontrará con diversas fuentes y el bosque de los enamorados de bambú. 04 El mirador oficial El cerro Nutibara es emblemático de Medellín. Se encuentra en la orilla occidental del río Medellín, en el centro geográfico del valle de Aburrá y de la zona urbana. Es, sin duda, con sus 33 hectáreas y sus 80 metros de altitud, el mirador oficial de la ciudad, con sus vistas de poblaciones lejanas sobre los cerros y montañas, con todos los verdes colombianos. El lugar también ofrece dos atracciones muy interesantes: el Parque de las Esculturas, una exposición permanente, y el Pueblito Paisa (se denomina "Paisa" a los naturales de la región de Antioquia), que representa la plaza de un típico pueblo antioqueño de principios de siglo XX. 05 Veintitrés 'boteros' La plaza de Botero es el corazón turístico de la ciudad. El hijo predilecto de Medellín, el pintor y escultor Fernando Botero, da nombre al lugar en el que se puede disfrutar de 23 de sus obras. Las gordas figuras del artista contemplan el hervidero de turistas, viandantes y personas que se citan en las esculturas. Frente a este espacio público, dos edificios emblemáticos: el Museo de Antioquia, que cuenta con colecciones de Fernando Botero y Debora Arango, entre otros artistas de la región; y el imponente Palacio Rafael Uribe Uribe, que es actualmente el Palacio de la Cultura de la ciudad.
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  • 20100612
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  • Un dosel inspirado en una colmena se ha convertido en icono arquitectónico de la ciudad colombiana de Medellín
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  • Orquídeas bajo un panal
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