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  • Madrid es campo abonado para los hoteles temáticos, quizá por la falta de modernidad que aún sigue acusando su planta arquitectónica. El último en ser inaugurado, en la zona más apacible del barrio de Salamanca, lleva un nombre que engancha a los mitómanos de Holywood: Dormir de cine... O, más seductoramente, DormirDcine. Tardaba en llegar una fórmula así cuando ya todo el mundo se había llenado de hoteles Hard Rock y restaurantes Planet Hollywood, y tantos otros negocios urbanos imprimían en su fachada la imagen de Audrey Hepburn frente al escaparate de Tiffany's de la Quinta Avenida. El concepto nace de la directora de arte de Dsquadra, Eva Almohacid, que junto a la interiorista Kat Ríos convoca a 100 artistas internacionales para que decoren las habitaciones del hotel con escenas de películas inolvidables. Blade runner, por Félix Banegas. El Padrino, por David Pablo Pugliese. El apartamento, por Nuria González Serna. Un perro andaluz, por Jesús Mescua... Y, por supuesto, Desayuno con diamantes, a cargo de la propia Eva Almohacid. El resultado es una auténtica bacanal cromática y onírica a lo largo y alto de las siete plantas que tiene el hotel. Impacta la entrada desde el quiosco de enfrente y la confluencia con la calle del General Oráa. Más sorprende aún el paisaje interior, la antesala que ejerce de minisalón -presidido por los hermanos Marx-, el comedor del fondo -de inconfundible etiqueta Philippe Starck-, la cascada de luminarias que se descuelga por el hueco de la escalera central. O la fluorescencia de los cabeceros en las habitaciones, mejor pensadas para soñar (con el cine) que para dormir (en el cine). Ciertamente no son dormitorios óptimos por su confort, aunque sí por su buena insonorización, lo que es imprescindible en una calle tan transitada como la del Príncipe de Vergara. No son muy holgadas de espacio, aunque tampoco lo exige el precio que se paga por noche. Ninguna ofrece más de lo necesario, aunque en todas sobra un cierto efectismo visual, quizá al gusto de su nueva clientela. Aparte de la silla Panton, el objeto más importante es el televisor interactivo que cuelga de la pared, donde se pasan a todas horas películas gratuitas y cabe consultar en distintos idiomas la cartelera madrileña, realizar compras online y obtener información cultural actualizada sobre la capital. El único engorro del hotel es la ausencia de aparcamiento para el coche, obligado a su resguardo en una calle paralela algo alejada del acceso principal.
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  • Diario El País S.L.
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  • Dormirdcine, un hotel para mitómanos en el barrio de Salamanca
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  • Sueños de Hollywood
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