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El actor pontevedrés Manuel Manquiña, que presta su voz a un personaje de la película de animación O apóstolo, recuerda un recorrido entre Nicaragua y Costa Rica.
¡Qué destinos tan apetecibles!
Fue en 1990, fui a visitar a unos amigos cooperantes. Yo era muy mochilero y acabé quedándome tres meses.
¡Pues sí que le gustó!
Es una maravilla. Primero visité a un amigo en San Carlos, a unos 300 kilómetros al sureste de Managua. Él dormía en una cabañita y yo fuera, en una hamaca bajo un techo de chapa.
¿Tan pequeña era la cabaña?
Diminuta. Y llena de arañas. Un día se me ocurrió limpiar las telarañas y por poco me matan. "¡Se comen los insectos!", me gritaban. Yo estaba más a gusto fuera, pese a que en las noches de tormenta las vacas se venían debajo del techito y me tocaba dormir estrujado entre ellas.
Vaya alojamiento rústico.
Resultó más cómodo que el que tuve al visitar a otro amigo en Bluefields, un puerto atlántico. Vivía con su novia. Y ella, en casa del padre, con la hermana, el marido y sus dos críos. Todos compartíamos un dormitorio.
Y de ahí a Costa Rica.
Con algunos incidentes. Me resfrié en San José, donde además me tocó un terremoto bastante fuerte, y después, en Tortuguero, casi me ahogo en el manglar cuando íbamos a ver a los monos aullar al amanecer.
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