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  • Cine de palomitas y radical. Estrellas consagradas de Hollywood y otras que eclosionaron entre sus volcanes y playas. Imposibles epopeyas prehistóricas y de ciencia ficción, péplums, melodramas y comedias musicales. Cine porno y de terror. Los paisajes de las islas Canarias han inspirado a cineastas locales y mundiales en cintas que han llegado a los Oscar y a los festivales más prestigiosos. De Douglas Sirk a Eric Rohmer, de Almodóvar a Jess Franco. Douglas Sirk El valle de La Orotava (norte de Tenerife) y el puerto de Santa Cruz son la isla caribeña de Puerto Rico en La Habanera (1937), el último filme europeo de un tal Deflet Sierck, protagonizado por la sueca Zarah Leander, máxima estrella de la Alemania nazi. El director hamburgués estaba a punto de exiliarse en Hollywood, donde cambiaría su nombre por Douglas Sirk. Allí se convertiría en maestro de melodramas. Treinta años después, el norte de Tenerife (especialmente Puerto de la Cruz) fue también escenario del viaje del Dúo Dinámico en Escala en Tenerife. Desde el mirador de Humboldt (La Orotava) entonaron su versión cañí del pasodoble Islas Canarias, letra y música compuestas por dos catalanes que nunca pisaron las islas. Era 1964 y el inicio oficial del turismo de masas en el archipiélago. Ese mismo año, en Gran Canaria ocurría lo mismo con una comedia musical para el turista británico, Días maravillosos, protagonizada por Cliff Richard. Las ciudades de Las Palmas y Maspalomas, libres todavía de hoteles, fueron sus principales lugares de rodaje. Goya Toledo En los sesenta Canarias sirvió para recrear extraordinarios paisajes para el cine fantástico. En 1966 la productora inglesa Hammer eligió barrancos de Gran Canaria, Las Cañadas del Teide en Tenerife y playas de Lanzarote para rodar su filme más importante desde Jasón y los argonautas (1962). Era Hace un millón de años, película que convirtió a una desconocida Rachel Welch en icono sexual. La estrella de ascendencia española se paseó entre dinosaurios y monstruos animados por la mano del mago de los efectos visuales Ray Harryhausen. En la misma playa de Famara donde Raquel Welch emergía sana y salva enfundada en su biquini de piel de cabra después del ataque de un ptenarodon, Lena (Penélope Cruz) perseguía retazos de periódicos llevados por el viento en Los abrazos rotos (2009), película de Almodóvar que homenajea al artista lanzaroteño César Manrique. El director manchego recreó la muerte de Lena en el mismo lugar y de la misma forma como falleció Manrique en 1992. Un accidente de coche bajo una rotonda presidida por un móvil de viento suyo en Tahiche, junto a lo que hoy es sede de su Fundación. Solo Juan Antonio Ruiz Anchía, director de fotografía de Mararía (1997), debú como actriz de la lanzaroteña Goya Toledo, ha plasmado esta isla en el cine con la belleza del filme de Almodóvar. El charco verde de Los Clicos, los viñedos de La Geria, las salinas del Janubio, el mirador del Río, el volcán de La Corona, Arrecife y el parque nacional de Timanfaya aparecen retratados de forma brillante en ambos títulos. Nada que ver con el árido blanco y negro que eligió Werner Herzog para retratar la rebelión nihilista en También los enanos empezaron pequeños (1970). Rodada íntegramente en una finca de Conil (Tías), la película de Herzog -con una banda sonora que incluye una perla del folclor canario- fue prohibida en Alemania y figura en los libros de historia por ser la primera cuyo elenco está formado íntegramente por enanos. Elena Anaya Betancuria (Fuerteventura) es Belén en El cant dels ocells (2008), largometraje de Albert Serra estrenada en el Festival de Cannes. En una casa abandonada sobre un secarral esperan Jesús, María y José la llegada de unos desorientados Reyes Magos en una de las propuestas más radicales del cine español reciente. Serra decidió las localizaciones -también las dunas de Corralejo y fondos marinos del islote de Lobos- a través de Google Earth. En 2009, Hierro, de Gabe Ibáñez, también participó en el festival de cine francés. Los inquietantes pedruscos gigantes de Arenas Blancas, el minúsculo hotel Punta Grande y la playa de arena roja de El Verodal, en La Frontera; el aeropuerto herreño (Valverde) y el puerto de Agaete, en Gran Canaria, junto con el ferry que atraviesa el brazo de mar que separa Tenerife de Gran Canaria, son lugares por los que deambula María (Elena Anaya) en busca de su hijo desaparecido. También en Cannes se proyectó Los hijos del viento (1995), de Fernando Merinero, con localizaciones en zonas marginales de la ciudad de Las Palmas. Como el barrio de El Polvorín y el desaparecido poblado de chabolas de El Confital, al norte de la playa de las Canteras. El filme incluye fogosas secuencias de sexo entre mujeres en las playas nudistas de Maspalomas y Montaña Arena. Max von Sydow El director tinerfeño de 28 semanas después, Juan Carlos Fresnadillo, rodó su primer largometraje, Intacto (2001), en el bosque de La Esperanza (Tenerife) -donde se sitúa la violenta secuencia de la carrera a ciegas entre pinos-, la costa de Taganana y Las Cañadas del Teide, que aquí representa el lugar mágico donde vive el judío Samuel (Max von Sydow), el hombre más afortunado del planeta. Fresnadillo y Leonardo Sbaraglia recibieron sendos goyas por el filme. En 1996, Santiago Ramos también lo había logrado por su interpretación del actor granadino retirado Rafael en Como un relámpago, proyecto de Miguel Hermoso ambientado en La Isleta y el puerto de La Luz de Las Palmas de Gran Canaria. En la última década, la tecnología digital ha permitido volver a rodar historias como Furia de titanes este año, remake del último filme de Harryhausen en 1981, con Sam Worthington, Liam Neeson y Ralph Fiennes en la recreación -en 2D y (fallido) 3D- del mito griego de Perseo. La película, de 95 millones de euros de presupuesto, incluye Las Cañadas del Teide entre sus localizaciones. Allí transcurre la espectacular secuencia de lucha con escorpiones gigantes. Sin digital por medio, John Huston y Gregory Peck se embarcaron durante la Navidad de 1954 en la complicada secuencia final de Moby Dick en el mar que circunda la bahía de La Isleta en la ciudad de Las Palmas. Menos épica fue la incursión de un desconocido Marcelo Mastroianni en el papel de un capitán español en Tirma (1955), superproducción italoespañola que clausuró el II Festival de Cine de San Sebastián. El filme se rodó en Los Tilos de Moya, Gáldar y Tejeda (norte y centro de Gran Canaria) y Maspalomas. Pretendía contar con fidelidad histórica la conquista de Gran Canaria, pero se quedó en un péplum histérico donde conquistadores españoles y aborígenes canarios resolvían sus disputas en italiano. Los indígenas canarios estaban liderados por una princesa interpretada por la despampanante Silvana Pampanini. Los hombres, en su mayoría macizos luchadores de lucha canaria, fueron rapados a lo indio mohicano y se amotinaron durante el rodaje: se negaban a perder las batallas contra el ejército español. Dennis Quaid En el Gabinete Literario de Las Palmas -como si fuera Londres-, Jess Franco rodó una de sus películas preferidas, La tumba de los muertos vivientes (1982), con zombis saliendo de la arena del oasis de Maspalomas como si fuera el desierto del Sáhara. En 1986, el parque nacional de Timanfaya (Lanzarote) representó un lejanísimo planeta imaginario en la producción de Hollywood Enemigo mío, protagonizada por Dennis Quaid. También en Maspalomas rodó Claude Chabrol su homenaje a Fritz Lang, Dr. M (1990). Y la línea de horizonte de las islas le solventó a Eric Rohmer el decisivo plano final de El rayo verde (1986, Palma de Oro en Cannes), donde se aprecia sin trucajes el fenómeno natural que da nombre al filme. Entre las películas españolas más recientes, las dunas de Corralejo (Fuerteventura) fueron el campamento de saharauis de Caótica Ana (2004), de Julio Medem. El aislado pueblo de Punta Jandía, al sur de la misma isla, y el casco histórico de Santa Cruz de La Palma permitieron al productor Andrés Santana recrear una ciudad canaria de los años sesenta en La caja, cuyo reparto incluía a Ángela Molina, Elvira Mínguez, Antonia San Juan y Vladimir Cruz. El final del filme es una bella secuencia en la salvaje playa de Cofete, en Fuerteventura, y su turbador cementerio sobre la misma arena. Finalmente, los canarios Félix Sabroso y Dunia Ayaso rodaron en Las Palmas de Gran Canaria, su ciudad natal, La isla interior (2009), protagonizada por Candela Peña, Geraldine Chaplin y Alberto San Juan. Una ciudad, Las Palmas, donde nació el oscarizado Javier Bardem. En el número 17 de la calle del Primero de Mayo vivió el intérprete de No es país para viejos sus primeros años con su madre, Pilar.
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  • De 'Moby Dick' a 'Los abrazos rotos', una guía de películas rodadas en las islas Canarias
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  • Raquel Welch, reina guanche
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