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  • Si alguien espera toparse con un edificio histórico en el centro urbano, como lo acreditan otros hoteles de la cadena que dirige el empresario navarro Joaquín Ausejo (Alma Sevilla Palacio de Villapanés, Alma Berlin Schosshotel im Grunewald) la sorpresa será mayúscula. El reciente-mente estrenado Alma Pamplona se localiza en las afueras de la capital navarra, en plena cuesta de Beloso, junto a las piscinas de Amaya; eso sí, con estupendas vistas del skyline pamplonica... Su porte vanguardista, obra de los arquitectos Javier Zulategui, Luis Tena y Laura Menéndez, anticipa un plus de tecnología. Enseguida cautiva al viajero por la limpieza de sus líneas, la amplitud de sus espacios, el juego diáfano de sus circulaciones y, además, por ese rito casi iniciático que se practica desde su llegada al hotel con la impresión de la huella dactilar, que servirá de llave infalsificable para la apertura de su habitación. El novedoso sistema ahorra trámites (el huésped ya no necesitará cumplimentar sus datos en ningún otro hotel de la cadena) y aumenta la seguridad: no se pueden perder las llaves ni la tarjeta magnética. Al efectuar la reserva por Internet se recibe un SMS con el número de la habitación y las instrucciones necesarias para acceder a los pisos desde el garaje sin pasar por recepción, con lo que la discreción es máxima a cualquier hora. No hace falta siquiera colgar el cartelito de ocupado en la puerta: el personal controla al pasar el dedo índice por el cajetín que la pieza está ocupada. Un corredor airoso se extiende a lo largo del edificio en una secuencia minimalista de zonas comunes: un comedor privado, el público, el bar-lounge, un salón de estar semiabierto al césped... Y, arriba, las habitaciones, flanqueadas por un pasillo con vistas a las canchas de tenis, espectáculo en sí mismas. Dada la perentoriedad de su estreno, los defectos de acabado se hacen notar en algunas zonas, así como ciertas carencias manifiestas por despiste, como una mesa de trabajo o los preceptivos cuadros de enchufes a mano. El premio a estos vicios corregibles es un espacio habitacional rompedor, muy original, significado por el acceso a través del cuarto de baño, bien escamoteado entre perfiles de obra y láminas de vidrio. Da gusto calzarse ahí las zapatillas de baño, tumbarse a ver la tele en un Loewe o salir a la terraza a escudriñar en la lejanía la posición de la catedral de Santa María la Real en Pamplona. A la mañana siguiente, el desayuno habla también del carácter innovador de la casa, servido en mesa sobre una tabla de madera: fiambres, queso, muesli con yogur, mini bollería y una carta de zumos. Y todo esto, en un cinco estrellas, al precio de 149 euros.
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  • Diario El País S.L.
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  • Hotel Alma Pamplona, avanzadilla del futuro hotelero
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  • La llave es mi dedo
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