ELPVIAVJE_6.TES | webenemasuno.linkeddata.es

Property	Value
opmo:account	<http://webenemasuno.linkeddata.es/elviajero/resource/Account/ACCANDR%C3%89S_S._BRAUN> <http://webenemasuno.linkeddata.es/elviajero/resource/Account/ACCANNONYMOUS> <http://webenemasuno.linkeddata.es/elviajero/resource/Account/ACCPRISA_DIGITAL>
is opmo:cause of	<http://webenemasuno.linkeddata.es/elviajero/resource/Used/USED13380436609520>
opmo:content	A la actriz zaragozana Alexandra Jiménez, a la que podemos ver en No controles, la pillamos recién retornada de unas vacaciones con su pareja en su ciudad favorita: Nueva York. Una escapada navideña ideal. Nueva York en Navidad tiene mucho encanto, aunque a lo que hicimos no se le puede llamar exactamente una escapada... estuvimos dos meses. ¿¡Dos meses!? Llevábamos los dos muchísimo tiempo sin vacaciones, así que alquilamos un piso en el Upper East Side. Además, tengo a mi mejor amigo de la infancia viviendo en el Upper West. Para visitarle cada día nos cruzábamos andando Central Park. ¡Como una neoyorquina más! Bueno, comportarse de verdad como un neoyorquino lleva mucho más tiempo. Por ejemplo, respetan como nadie el "espacio vital" de los demás. Recuerdo que una mañana en un vagón de metro atestado había enfrente una chica roncando como una osezna y desparramada sobre media fila de asientos. Nadie se atrevió siquiera a despertarla. En España, o te quitas, o te quitan. Dos meses dan para mucho. Sobre todo para ver teatro, teatro y más teatro. El mercader de Venecia, con Al Pacino; Billy Elliot (lo admito, ya la he visto dos veces en Nueva York); Wicked, una lectura dramatizada con Phillip Seymour Hoffman en el off Broadway... Y para descubrir restaurantes maravillosos: el Parlor, un steak house estupendo en la Tercera Avenida; La Trattoria dell'Arte, el mayor bar de antipasto... Da gusto oírla. También fuimos a clases de inglés diarias. Y lo mejor es que nos tocó cantar villancicos en inglés sobre un escenario. Solo faltaban nuestros padres con la cámara de vídeo. Así es el espíritu navideño. En Nueva York parece no tener límite. Mi amigo se empeñó en que quería tener un árbol enorme de Navidad y acabamos los tres cargando con un abeto de dos metros hasta su casa. ¿No remataron el año nuevo en Times Square? Lo pasamos muy tranquilos. En Times Square, a mí me podría dar un ataque de toda la gente que debe de haber. Ni siquiera me atrevo a tomar las uvas en la Puerta del Sol, imagínese.
sioc:created_at	20110108
is opmo:effect of	<http://webenemasuno.linkeddata.es/elviajero/resource/WasGeneratedBy/WASGENERATEDBY13380436669020>
sioc:has_creator	<http://webenemasuno.linkeddata.es/elviajero/resource/Account/ACCANDR%C3%89S_S._BRAUN>
opmopviajero:language	es
geo:location	<http://webenemasuno.linkeddata.es/elviajero/resource/Point/POINT40.71666666666667_-74>
opmopviajero:longit	363
opmopviajero:longitMeasure	word
opmopviajero:page	7
opmo:pname	http://elviajero.elpais.com/articulo/20110108elpviavje_6/Tes (xsd:anyURI)
opmopviajero:refersTo	<http://dbpedia.org/resource/New_York_City>
sioc:title	Nueva York, puro teatro
rdf:type	opmopviajero:Guide

Property

Value

opmo:account

is opmo:cause of

<http://webenemasuno.linkeddata.es/elviajero/resource/Used/USED13380436609520>

opmo:content

A la actriz zaragozana Alexandra Jiménez, a la que podemos ver en No controles, la pillamos recién retornada de unas vacaciones con su pareja en su ciudad favorita: Nueva York. Una escapada navideña ideal. Nueva York en Navidad tiene mucho encanto, aunque a lo que hicimos no se le puede llamar exactamente una escapada... estuvimos dos meses. ¿¡Dos meses!? Llevábamos los dos muchísimo tiempo sin vacaciones, así que alquilamos un piso en el Upper East Side. Además, tengo a mi mejor amigo de la infancia viviendo en el Upper West. Para visitarle cada día nos cruzábamos andando Central Park. ¡Como una neoyorquina más! Bueno, comportarse de verdad como un neoyorquino lleva mucho más tiempo. Por ejemplo, respetan como nadie el "espacio vital" de los demás. Recuerdo que una mañana en un vagón de metro atestado había enfrente una chica roncando como una osezna y desparramada sobre media fila de asientos. Nadie se atrevió siquiera a despertarla. En España, o te quitas, o te quitan. Dos meses dan para mucho. Sobre todo para ver teatro, teatro y más teatro. El mercader de Venecia, con Al Pacino; Billy Elliot (lo admito, ya la he visto dos veces en Nueva York); Wicked, una lectura dramatizada con Phillip Seymour Hoffman en el off Broadway... Y para descubrir restaurantes maravillosos: el Parlor, un steak house estupendo en la Tercera Avenida; La Trattoria dell'Arte, el mayor bar de antipasto... Da gusto oírla. También fuimos a clases de inglés diarias. Y lo mejor es que nos tocó cantar villancicos en inglés sobre un escenario. Solo faltaban nuestros padres con la cámara de vídeo. Así es el espíritu navideño. En Nueva York parece no tener límite. Mi amigo se empeñó en que quería tener un árbol enorme de Navidad y acabamos los tres cargando con un abeto de dos metros hasta su casa. ¿No remataron el año nuevo en Times Square? Lo pasamos muy tranquilos. En Times Square, a mí me podría dar un ataque de toda la gente que debe de haber. Ni siquiera me atrevo a tomar las uvas en la Puerta del Sol, imagínese.