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Al contemplar los momentos difíciles que vive Japón, la actriz barcelonesa Aina Clotet, una de las protagonistas de la serie Infidels, de TV3, recuerda aún con más cariño su viaje por el país asiático.
¿Le picó el gusanillo japonés?
Sí, y al final estuve todo agosto con mi pareja. Cogimos el Rail Pass, que es más económico para los trenes, y estuvimos en Tokio, Hiroshima, Miyajima o Kobe, donde probamos su famosa carne.
¿Tan buena es?
Deliciosa. Pero la comida kaiseki, que es muy refinada y tiene un poco de todo, fue la que más nos gustó. La comimos en Kioto, nuestra favorita con Nara.
O sea, que le va lo tradicional.
Esas callecitas, esos santuarios... como el Fushimi Inari Taisha, que aparece en Memorias de una geisha y está entre Nara y Kioto. Es un laberinto de toriis (puertas sagradas) que se adentra en el monte y parece no tener fin.
¿No se pierde uno?
Pues si es de noche, no sabría qué decirle. En Nara, además, vimos el encendido de lamparitas que se hace el 15 de agosto en el santuario Kasuga Taisha, que tiene unas 3.000, y en el Todai ji, el templo del Buda gigante. Otra cosa que me encantó fue el Kaidan Meguri.
¿Cómo?
En Nagano está el templo Zenko-ji. Kaidan Meguri significa algo así como "El camino de Buda". Hay que bajar por unas escaleras y adentrarse en un pasadizo oscuro donde hay que palpar hasta encontrar un cerrojo.
No me diga que lo encierran a uno.
No, se supone que al tocarlo se consigue la salvación. Es un poco agobiante, pero di con él.
Me alegro por su alma.
Eso no evitó que nos perdiéramos más tarde en la inmensa estación de Shinjuku, en Tokio. La ciudad nos encantó. Vimos el karaoke de Lost in translation en el barrio de Shibuya y nos animamos.
¿Hizo gorgoritos en japonés?
No, pero hay muchas canciones en inglés y en español.
Dicen que Julio Iglesias es lo más en Japón.
Pues solo recuerdo cantar alguna de Ricky Martin y Enrique Iglesias. La próxima vez.
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