PropertyValue
opmo:account
is opmo:cause of
opmo:content
  • Haría falta más espacio para realizar una descripción del ambicioso proyecto que afronta el Teatriz en su segunda etapa. Veinte años después de su inauguración, este antiguo teatro convertido en testimonio del mejor diseño de Philippe Stark, Javier Mariscal y Arnold Chan en 1991, vuelve a la actualidad con el respaldo de grandes apellidos. Dentro, cuatro espacios con diferentes ofertas gastronómicas, dos estilos de cocina antagónicos, soberbios cócteles de autor y hasta dos cafés de calidades distintas. Y todo ello atendido por más de medio centenar de empleados. ¿Cómo resumir semejante rompecabezas? La novedad más llamativa es la irrupción del restaurante Kabuki en la plataforma del escenario, espacio fascinante por su ambientación estética, apodado Kirei en la etapa que comienza, con una barra de sushi donde se preparan especialidades de estilo japonés interpretadas en clave castiza, lo clásico de Ricardo Sanz, su ideólogo. En el papel de ejecutor, Víctor Serrano, antiguo jefe de cocina de Kabuki Wellington, que junto a seis ayudantes elabora bocaditos emblemáticos como sus nigiris de huevo frito y de pez mantequilla con trufa, y el atún con huevos fritos y papas negras canarias. Y como complemento de la comida nipona, un golpe de efecto fashion, los cócteles del argentino Pablo Giudice (restaurante Sudestada), autor de combinados creativos, que también se ha sumado al proyecto. Con solo descender por los tres peldaños de unas escaleras se accede del escenario al patio de butacas. En la antigua platea pervive el restaurante de siempre, donde el grupo Vips ha realizado un esfuerzo notable. Y no precisamente en el interiorismo, algo decadente todavía, en espera de que el francés Bruno Borrione, colaborador de Philippe Stark, acometa la renovación que necesita, sino en las especialidades de cocina, que se han sometido a una revisión inesperada. Buenas materias primas, recetas contemporáneas y una carta de temporada desenfadada sujeta a los vaivenes del mercado. Mérito del gallego Carlos Núñez, jefe de cocina, que realiza montajes vistosos y consigue resultados aceptables con los recursos a su alcance. 'Steak tartar' conseguido Es bastante armónica la ensalada César, están perfectamente fritos los calamares que se acompañan de salsa de lima, presenta una textura correcta el pulpo con patatas chafadas y dan la talla los huevos poché con picadillo de ibérico. Entre los segundos, éxitos y desaciertos entremezclados. Resulta demasiado contundente el arroz con hongos boletos, chantarellas y queso Idiazabal, es algo anodino el bacalao confitado con pilpil de azafrán, y está muy conseguido el steak tartar picado a cuchillo. Como colofón, varios postres golosos (cremoso de chocolate, raviolis de piña con crema de coco) y una lista de vinos corta pero suficiente, con marcas bien seleccionadas por Juancho Asenjo, experto catador y enófilo que también sugiere armonías entre tapas y vinos en el tercero de los espacios -Tapas Teatriz- situado a la entrada, ideal para picar a todas horas de manera desenfadada. El cuarto rincón, Pink Lounge, se encuentra en las alturas, donde se disfruta de los cócteles de Sudestada, con vistas panorámicas del escenario y el patio de butacas.
sioc:created_at
  • 20110923
is opmo:effect of
sioc:has_creator
opmopviajero:language
  • es
opmopviajero:longit
  • 539
opmopviajero:longitMeasure
  • word
opmopviajero:page
  • 22
opmo:pname
  • http://elviajero.elpais.com/articulo/20110923elpvialbv_2/Tes (xsd:anyURI)
opmopviajero:subtitle
  • Teatriz, el icono madrileño decorado por Philippe Starck, renueva su carta y coloca una barra japonesa sobre las tablas del antiguo teatro
sioc:title
  • 'Sushi' y cócteles a escena
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all