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Federico: por fortuna no es una peregrinación solo para orar. Yo soy más ateo que Lenín (de verdad), y ya me ves: tengo cuatro libros publicados sobre el tema. Pero porque el Camino es mucho más que un hecvho religioso, es un camino de humanidad, de espiritualidad, de silencios, de introspección, de disfrute de naturaleza... ¡y que ateo no se apunta a eso! (y para mucho, por supuesto, también es un camino para rezar o para afianzar su fe; aquí cabe todo Dios, nunca mejor dicho).
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