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Había sobresaturación peregrinal aquella jornada. Los Montes de Oca eran como casi con el rastro de Madrid. Con ese tránsito me los encontré. Fue, yo creo que la segunda vez que utilicé los cascos y la música (diferentes motivos). Iba casi en estado eudaimónico. Acabe entrando en ello a medida que los kilómetros se andaban. Me dio por bailar. Tengo un recuerdo precioso de esa mañana... y luego del monasterio muchos. ¿Creo que en Los Arcos sucede algo parecido, no? En la iglesia de Santa María. Yo no llamaría milagro al saber hacer... aunque... Tengo entendido que los maestros canteros podían pasarse años tomando mediciones. Pero creo que ese saber también debería tener algún cálculo que reduciría los tiempos, ¿no crees? Por cierto, a la entrada a la cripta hay una especie de ''tres en raya'' en la columna de la derecha, en la bsasa... me llamó mucho la atención.
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