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No estoy de acuerdo, Paco. Nunca he tenido una y por eso no sé curarlas (eso es lo malo). He andado con calzados diversos pero del siguiente modo; lo aprendí en una clase de tai-chi (di tres); y es que si te conciencias de emular a los gatos, es decir, ellos relajan la planta de su pata, y extienden las almohadillas (equivalentes a nuestros dedos), no salen. Y la relajación debe ser la misma que en un smach o saque de tenis. Se afloja en ese caso la muñeca, y lo mismo con los pies. Eso unido a la precaución que aprendes con las botas de esquiar; que la media no haga nunca arrugas. \n\nMuxu
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