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En general, la profesión te lleva (con gusto) a no considerar tus elecciones personales en la resolución del proyecto. Imagínate que no creyera en el matrimonio (que no creo, creo en la pareja) y quisiera convencer a mis clientes de que "¡vaya tontería!, ¡hacerse una casa para vivir juntos!". \nY en el ejemplo que pones, la iglesia, te diré al oído que no creo en las religiones, en ninguna. No entiendo cómo los Sumos Sacerdotes se arrogan la presunción de su capacidad para decir a los demás lo que Dios quiere (según ellos). \nLos primeros pobladores de nuestra sufrida tierra, al encontrarse con fenómenos naturales inexplicables para ellos (rayos, volcanes, terremotos) buscaban aterrorizados la existencia de un Ser que les protegiera. Los espabilados de turno, rentabilizaron esos temores y asumieron el papel de intermediarios entre ese Ser y los hombres. Casi todas las iglesias van por ahí (excepto la budista, creo) y así nos ha ido y así nos va.\nComo anécdota, te diré que tras acabar la iglesia que ves, la comunidad islámica me encargó una mezquita (pero esa es otra historia).
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