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Estimada Helena, no tienes que darme las gracias por esta travesía. Soy yo el que os está eternamente agradecido, y de ahí que, mes a mes, quiera agradeceros vuestra presencia, afecto y paciencia para conmigo y mi humilde cuaderno. Y yo también espero y deseo poder seguir disfrutando de tus palabras durante todo el tiempo que lleve esta larga travesía que viaja a Ítaca.\n\nUn beso, mil sonrisas y un brindis a la luz de la luna.
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