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Aún sabiendo que ahora impera el cambio, que el mejor preparado es el más capaz de asumir distintas profesiones o lugares de trabajo, me gusta la gente que ama su profesión y me parece mejor definición de una persona que su apellido, lugar de nacimiento, edad, religión o sexo.\nA veces echo en falta ese amor por hacer las cosas bien, por pensar en lo que se hace, por no dar por perdidas las 40 horas semanales que se dedican al trabajo e intentar disfrutarlas, llenarlas de sentido y conseguir una satisfacción propia y ajena.\nYa ilustró este sentir Juanjo en su explicación de los tres picapedreros.\nNo es en absoluto lo mismo el orgullo de un trabajo que la pedantería de un título al que la sociedad (y algunos profesionales) se han encargado de situar en un eslabón donde prima la economía y el poder en vez del trabajo.\n\n... de cabecera parece más cercano, pero no cambia nada.\n
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