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Qué tal Juanjo... Ando yo poco suelta con esta nueva disciplina "literoperiodística" que es el blog. (no sé si me inventé esta palabra, pero si el hijo de Camilo José Cela en "la colmena" podía, pues yo me arranco también.) Lo cierto es que pretendía contestar a tus comentarios en mi blog, pero no sabía cómo hacerlo de manera directa, así es que decidía pasear por tu blog e ingerir tu privacidad con total alevosía... \n\nMe alienta ver que alguien responde al otro lado y que sus respuestas no son una retahíla sin sentido de palabras copiadas de la puerta de algún lavabo o titulares encadenados sin ton ni son.\n\nYo también cometí la imprudencia de someter a juicio palabras y no solo eso, sino al propio lenguaje. \n\nLa palabra adecuada es una funda opaca que hace visible un concepto invisible, una emoción, un sentimiento. No tiene dobleces, ni una arruga en el talle que perseguir con la palma de la mano. Nada. \n\nPero cuando la palabra no es la acertada, la funda se mete a la fuerza. Nuestro sentimento es más grande y la quiebra, o el concepto es demasiado pequeño y se pierde en su funda, hasta quedar sin sentido. En esos casos la funda no es más que un juicio ajeno y su sentencia.\n\nHay emociones, sentimientos, estados, conceptos, que no llevan su propia funda, sino una que se parecía. \n\nMil veces me encontré con algo que no era justo ni injusto, pero que se parecía más a la justicia que a la injusticia.\n\nY tantas más con otro algo que no era ni amor ni desamor, pero que se parecía desoladamente amor.\n\nHagamos una cadena de palabras hermanas y equivocadas.\n\nUn abrazo.\n\nZahira\n
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