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Si, a veces desearía ser un poco menos minimalista, que ya estoy harto. Sueño con diseños exuberantes, llenos de adornos, aunque no funcionen, pero que queden fino en casas finas (algo así como las enternecedoras figuritas de Lladró). Pero es lo que hay y no doy para más. Por eso me gustan los elefantes, que son lo más distante a esas gráciles bailarinas y pastorcillas.
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