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Te comento, Cástor, sin tener documentación de ese problema y sin conocer las opiniones documentadas a favor o en contra de esa restauración. Pero improviso una respuesta que puede ser frívola por los motivos anteriores. Pero estamos en una charla de café (creo que Milano es el encargado de traerlos) y no en una conferencia. Un detalle importante sería concer si falta un metro o la práctica totalidad de esa famosa barandilla.\nEl tema me recuerda el incendio del Liceo de Barcelona. Allí se optó por la reconstrucción fiel pues había información exacta de todos sus detalles. Podían participar artesanos e industriales de altísima calidad que podían reproducir exactamente lo anterior. Así se hizo y creo que el resultado fue satisfactorio. También creo que si se hubiera optado por construir un nuevo teatro, totalmente diferente y con diseño moderno el resultado podía haber sido también satisfactorio. Pero esto no se hubiera sabido hasta el final. Y ese Liceo formaba parte, como la barandilla de la Concha, del patrimonio sentimental de una ciudad. Y los sentimientos son difíciles de convencer con razones lógicas y, en este caso posibilistas.\nResumiendo, y mojándome: Lo más prudente es reconstruirla fielmente. Lo más arriesgado pero quizás lo más acorde con la decisión valiente de crear el Kursaal sería diseñar una barandilla moderna, porque las ciudades deben avanzar y no mirarse el ombligo y pensar que la barandilla actual es el summum de la belleza. Es la más querida y por eso creo debe conservarse, por su historia y por los afectos mutuos creados. Lo que jamás debe hacerse es una nueva barandilla que "conservara" el espíritu de la anterior, modernizándola un poco pero sin exagerar.
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